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El frío se queda fuera: cinco consejos para conservar el calor en casa este otoño

Conseguir una temperatura agradable y estable no depende solo de encender la calefacción. Hay otra serie de factores que nos ayudan a que las bajas temperaturas del exterior no afecten a nuestro hogar.

Septiembre marca cada año el tránsito del calor veraniego a las temperaturas más bajas propias del otoño. A medida que vamos viendo cómo los días se hacen más cortos y la luz se vuelve menos intensa, empezamos a prepararnos para recibir a los días cada vez un poco más fríos, a la vez que aumentan nuestras ganas de pasar más tiempo en nuestros hogares.

De la misma manera que adaptamos nuestro armario, desplazando los shorts, camisetas y calzado abierto por jerseys, abrigos y bufandas, también podemos hacer ese mismo proceso con nuestra casas. El otoño, como época de transición, es el mom...

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Septiembre marca cada año el tránsito del calor veraniego a las temperaturas más bajas propias del otoño. A medida que vamos viendo cómo los días se hacen más cortos y la luz se vuelve menos intensa, empezamos a prepararnos para recibir a los días cada vez un poco más fríos, a la vez que aumentan nuestras ganas de pasar más tiempo en nuestros hogares.

De la misma manera que adaptamos nuestro armario, desplazando los shorts, camisetas y calzado abierto por jerseys, abrigos y bufandas, también podemos hacer ese mismo proceso con nuestra casas. El otoño, como época de transición, es el momento idóneo para preparar nuestro entorno más habitual a las estaciones más frías, algo que implica mucho más que recurrir a la consabida calefacción. Conservar el calor dentro del hogar y conservarlo durante más tiempo depende de una serie de factores que podemos tener en cuenta, anticipándonos a los acontecimientos de manera que, además de lograr que nuestra morada se mantenga caldeada, ahorremos una buena suma de dinero.

La palabra fundamental: aislamiento

Puede parecer obvio, pero es algo que no siempre se cumple: conseguir que una casa esté lo más aislada posible del exterior es básico para mantener la temperatura interior. En este punto, hay un elemento fundamental, las ventanas. La mayor parte del intercambio de temperatura que se produce en nuestros hogares llega a través de un aislamiento defectuoso o insuficiente. Invertir en un sistema que conserve el calor es una apuesta de futuro que no solo se traducirá en una temperatura más agradable, sino que supone un ahorro energético y económico en cuanto al uso de los sistemas de calefacción.

Para evitar que entre frío de fuera o que se vaya la calefacción de dentro, conviene tener un doble o triple acristalamiento con Aislamiento Térmico Reforzado (ATR). SGG CLIMALIT PLUS® de Saint-Gobain BUILDING GLASS con vidrio SGG PLANITHERM® 4S o SGG PLANISTAR® ONE, se plantea como una buena solución que permitirá la entrada de luz natural pero que mantendrá el frío a raya.

Revisa el estado de la calefacción

¿A quién no le ha pasado extrañarse ante un recibo y pensar que no ha utilizado tanto la calefacción como para alcanzar esas cifras? Una causa puede ser el estado de nuestro sistema de calefacción. Las averías o fugas pueden disparar el gasto mientras que el calor se esfuma, y mantener los radiadores (en caso de calefacciones de gas) a punto puede suponer una gran diferencia. Merece la pena dedicarle un rato a pasar revista a nuestro sistema a principios del otoño para no lamentarnos una vez que lleguen las temperaturas más bajas.

Invierte en buenos cerramientos

En algunas ocasiones nos encontramos con casas en las que se acristalan terrazas, o que integran en la cocina los tendederos. Si no se realiza de manera correcta, estos puntos pueden ser verdaderos agujeros para el calor de nuestros hogares. Una opción es recurrir al sistema SGG CLIMALIT PLUS®, que cuenta con vidrios de control solar y ATR, para lograr una temperatura estable en esas habitaciones. De igual manera, también podemos utilizar vidrios de seguridad laminados SGG STADIP y STADIP PROTECT®, que añaden máxima seguridad al confort de tener una casa resguardada del clima exterior.

Complementa tu casa con una buena alfombra

Más allá de ser un elemento decorativo y que inspira calidez, las alfombras tienen una función en los hogares. Aíslan contra el frío del suelo, en especial aquellos que sean de baldosa u otros materiales que conservan mal el calor, y son especialmente indicadas para aquellos lugares en los que pasamos más tiempo, como en el sofá del salón o el dormitorio. Las de lana son las más aconsejables, al tratarse de un material natural conserva bien el calor y se pueden lavar sin problemas en la lavadora. También se puede aprovechar el momento para añadir unas cortinas aislantes.

Ventila solo el tiempo necesario

Por más que las temperaturas del exterior no inviten a ello, en nuestra casa necesitamos que entre aire fresco cada día. Eso sí, si dejamos las ventanas abiertas durante demasiado tiempo no solo no conseguiremos una casa más ventilada, sino que dejaremos escapar gran parte del calor que luego echaremos de menos. La medida exacta para conseguir que se renueve el aire en un habitación es de 10 minutos.

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