Cartas al director

José María Calleja: un hombre bueno, sin más

Desde que esta mañana me enteré no he podido quitármelo de la cabeza. No lo conocía a nivel personal, pero en Cádiz era habitual encontrártelo desayunando en el café del sirio de la calle Ancha o tomando el aperitivo en el bar de Veedor donde en más de una ocasión llegué a entablar alguna charla con él sobre lo que le había escuchado comentar en la radio o en la televisión donde participaba como tertuliano político. Era un hombre centrado que trataba los temas con objetividad. Posiblemente esa manera de ser tan poco habitual hoy en día es la que lo llevó a pisar la cárcel con tan sólo 18 años ...

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Desde que esta mañana me enteré no he podido quitármelo de la cabeza. No lo conocía a nivel personal, pero en Cádiz era habitual encontrártelo desayunando en el café del sirio de la calle Ancha o tomando el aperitivo en el bar de Veedor donde en más de una ocasión llegué a entablar alguna charla con él sobre lo que le había escuchado comentar en la radio o en la televisión donde participaba como tertuliano político. Era un hombre centrado que trataba los temas con objetividad. Posiblemente esa manera de ser tan poco habitual hoy en día es la que lo llevó a pisar la cárcel con tan sólo 18 años por oponerse al régimen de Franco y a la vez ser amenazado por ETA hasta el punto de haber tenido que vivir bajo la protección de escoltas desde el asesinato de Gregorio Ordóñez en enero de 1995 y hasta el final del terrorismo. Un hombre bueno sin más. Descanse en paz.

Mario Suárez. Pilas (Sevilla)

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