Cuando el sexo supone un suplicio

Una de cada diez mujeres sufre dolor en sus relaciones sexuales

Los ejercicios de suelo pélvico, la mejor terapia para el dolor vaginalGetty Images

En el vaginismo se produce un espasmo que evita incluso la penetración. En la dispaurenia es la musculatura vaginal y cómo responde al pene lo que causa la dolencia. Casi el 10% de las mujeres sufre dolores durante el coito.

Maite no ha tenido buen sexo prácticamente nunca. Lo suyo no es una cuestión moral o religiosa, es algo tan sencillo como que ve las estrellas cada vez que lo intenta. Al principio pensó que sería un tema de lubricación, así que recurrió a aceites y geles para acompañar sus coitos. Conseguía así que el pene entrara sin problema, pero era llegar dentro y, literalmente, morirse del dolor. Da igual cómo estuviera y dónde se pusiera. Tenerlo dentro implicaba dolor. Primero, cambiaban de postura: de la del misionero a la del perrito, de esa a ponerse de lado. Venga lubricantes de todos los sabores ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Maite no ha tenido buen sexo prácticamente nunca. Lo suyo no es una cuestión moral o religiosa, es algo tan sencillo como que ve las estrellas cada vez que lo intenta. Al principio pensó que sería un tema de lubricación, así que recurrió a aceites y geles para acompañar sus coitos. Conseguía así que el pene entrara sin problema, pero era llegar dentro y, literalmente, morirse del dolor. Da igual cómo estuviera y dónde se pusiera. Tenerlo dentro implicaba dolor. Primero, cambiaban de postura: de la del misionero a la del perrito, de esa a ponerse de lado. Venga lubricantes de todos los sabores y colores. Daba igual. Dolía. Mucho. A Maite le diagnosticaron dispaurenia después de un par de consultas, pero hasta que no ha hecho gimnasia vaginal no ha dejado de sufrir con sus relaciones sexuales. Con lo que todo eso conlleva.

El machaque no fue solo físico. La sensación de dolor era tan real como para dejar de intentarlo. Al final sus relaciones jamás eran tan buenas como le apetecía. Aprendió todo lo que le hizo falta en sexo no coital y se siente a la perfección con su actual pareja, pero, como a todas, a veces le apetece que el sexo sea de lo más convencional: "Nos inventamos de todo. Nos hicimos expertos en sexo tántrico para alcanzar el orgasmo sin penetración. Pusimos especial énfasis en el sexo oral. Nos deleitamos con masajes y cuidados de todo tipo, pero (suelta una carcajada antes de seguir hablando por teléfono) yo echaba de menos que me la metieran. "Hasta que Maite no tuvo esta pareja que ha entendido que hay un problema, su vida está plagada de hombres que la tachaban de "frígida" o que no entendían que no pudiera tener penetración de ninguna de las maneras.

Más información

La musculatura vaginal es la responsable de que una de cada diez mujeres sienta dolor al tener relaciones sexuales con coito. "El dolor en la vagina sucede por un mal funcionamiento muscular, ya sea por debilidad o por hipertono", explica la fisioterapeuta sexual Marta Torrón. "Se puede contraer mucho la vagina y no tener tonificado el músculo o se puede apretar más o menos y tener la musculatura hipertonificada. En ambos casos producirá dolor. Por eso es importante saber exactamente cómo es la dolencia para ejercitar los músculos que sean apropiados". La musculatura de la vagina va por libre. El trabajo es conjunto entre la terapeuta, que deberá calibrar la gravedad de la situación y elegir los ejercicios apropiados para tonificar adecuadamente la vagina, y la paciente. "El trabajo de la paciente será semanal. Tendrá que hacer los ejercicios apropiados que se le vayan marcando. Y el de la terapeuta, igual, porque los ejercicios se van adecuando conforme se progresa."

La musculatura de la vagina va por libre

El vaginismo es diferente. En la dispaurenia, el pene llega a entrar y a incomodar a la mujer; en el vaginismo, la propia vagina de la mujer reacciona ante la presencia del pene y se bloquea. Realmente impide que pueda entrar siquiera. Pero el espasmo no se produce solo por una cuestión física, sino que es un compendio de factores que, sumados, provocan esta reacción. El bloqueo es también emocional. La mujer no quiere tener esa relación sexual aunque ni ella misma sea consciente de ese rechazo. Y su cuerpo actúa. Por eso el trabajo debe hacerse desde ambos frentes: psicológico y fisiosexológico. En El silencio pélvico, Pilar Pons, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, explora cómo hacer frente al vaginismo, una disfunción que afecta al 12% de las mujeres en edad fértil. Desde Anvag recoge los testimonios de mujeres de todo el mundo que han superado el vaginismo con el tratamiento adecuado. Este es de los más completos: ejercicios de suelo pélvico, trabajo con juguetes sexuales y acompañamiento psicológico. En menos del 24% de los casos es una causa física la responsable del dolor.

El sexo puede y debe provocar todo tipo de sensaciones, salvo dolor. En ninguna de sus posibilidades. Y, cuando aparece, hay que erradicarlo como sea.

Lea más temas de blogs y síganos en Twitter y Flipboard.

Archivado En