Antonio Banderas, ¿actor de color?
Cuando el hermanico negro de Lázaro de Tormes vio por primera vez a su padre, el moreno Zaide, que volvía a casa tras sufrir condena, como solo conocía a su hermano y a su madre blancos, asustado, lo señaló con el dedo y dijo: “¡Madre, coco!”. Lázaro, tan lúcido ya y tan niño todavía, dijo para sí: “Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos”.
Sabia reflexión que nos curaría de tantos miedos y fobias al diferente, pues nos haría comprender que se trata tan solo de un problema de perspectiva y que todos pertenecemos a una única raza: la esp...
Cuando el hermanico negro de Lázaro de Tormes vio por primera vez a su padre, el moreno Zaide, que volvía a casa tras sufrir condena, como solo conocía a su hermano y a su madre blancos, asustado, lo señaló con el dedo y dijo: “¡Madre, coco!”. Lázaro, tan lúcido ya y tan niño todavía, dijo para sí: “Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos”.
Sabia reflexión que nos curaría de tantos miedos y fobias al diferente, pues nos haría comprender que se trata tan solo de un problema de perspectiva y que todos pertenecemos a una única raza: la especie humana.
Luis de Luxán Meléndez. Porrúa, Llanes (Asturias)