Presunción de profesionalidad

Los periodistas no somos jueces. Nuestro trabajo consiste en contrastar la información relevante que conocemos y publicarla

Plácido Domingo, junto al reparto de 'Luisa Miller', de Verdi, en el Festival de Salzburgo.EFE

Una larga ovación recibió a Plácido Domingo en Salzburgo, en su retorno a los escenarios tras las acusaciones de acoso sexual de ocho cantantes y una bailarina reveladas por la agencia Associated Press (AP). Los aplausos de los incondicionales son la guinda de una ola de reacciones que empezó nada más publicarse la investigación periodística y que invoca la presunción de inocencia del astro de la ópera para clamar, acto seguido y sin más pruebas que la incredulidad y la fe ciega, que Domingo es incapaz de cometer semejantes actos.

En este caso habría que invocar la presunción de profes...

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Una larga ovación recibió a Plácido Domingo en Salzburgo, en su retorno a los escenarios tras las acusaciones de acoso sexual de ocho cantantes y una bailarina reveladas por la agencia Associated Press (AP). Los aplausos de los incondicionales son la guinda de una ola de reacciones que empezó nada más publicarse la investigación periodística y que invoca la presunción de inocencia del astro de la ópera para clamar, acto seguido y sin más pruebas que la incredulidad y la fe ciega, que Domingo es incapaz de cometer semejantes actos.

En este caso habría que invocar la presunción de profesionalidad de la periodista Jocelyn Gecker. Su investigación no se limita a recoger las nueve denuncias y publicarlas tal cual. Según explica el mismo artículo, otras seis mujeres reconocieron haber recibido proposiciones sexuales de Domingo. Y casi una treintena de trabajadores de la ópera confirmaron haber presenciado “comportamiento inadecuado de índole sexual” del cantante. El texto también explica por qué ocho de las denunciantes pidieron que se ocultara su nombre —temían represalias o ser humilladas públicamente, justo lo que ocurrió con la única que accedió a revelar su identidad—. Además, aunque Plácido Domingo no quiso contestar a las preguntas de AP, el texto dedica tres párrafos al comunicado del cantante para responder a las acusaciones.

Los periodistas no somos jueces. Nuestro trabajo consiste en contrastar la información relevante que conocemos y publicarla. En casos como este, difíciles de demostrar porque a menudo es la palabra de una mujer (o 15) contra la de un hombre poderoso, los hechos pueden remontarse a décadas atrás, y donde además el daño puede ser enorme, resulta aún más difícil de calibrar. Por eso el cuidado se extrema.

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Pero además los medios tienen una función social. Hay cosas que están mal aunque no sean delito. Hay delitos que han prescrito y que merece la pena revelar. Una investigación del Indy Star sobre los abusos sexuales en la gimnasia estadounidense llevó a una de las víctimas de Larry Nassar a contar su caso. Esa denuncia periodística acabó en un juicio con centenares de víctimas y con el médico olímpico en la cárcel de por vida.

Por todo eso el periodismo es imprescindible aunque sigamos aplaudiendo a Plácido Domingo.

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