Cartas al director

El desastre se avecina

Todos navegamos dentro de un mismo barco en medio de un inmenso océano. Las bodegas y la sala de máquinas han empezado a arder. La tripulación y los cruceristas están demasiado ocupados en sus nimiedades y sus quehaceres. Unos tomando copas, otros en la sala de baile, otros relajados tomando el fresco en cubierta. Nadie se alarma, nadie reacciona. Mientras tanto, el tiempo pasa y el incendio va creciendo.

No pocos países, en este verano tórrido, están luchando contra las llamas que van devorando sus bosques: arde el pulmón de la tierra, la selva amazónica; también los bosques de Groenla...

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Todos navegamos dentro de un mismo barco en medio de un inmenso océano. Las bodegas y la sala de máquinas han empezado a arder. La tripulación y los cruceristas están demasiado ocupados en sus nimiedades y sus quehaceres. Unos tomando copas, otros en la sala de baile, otros relajados tomando el fresco en cubierta. Nadie se alarma, nadie reacciona. Mientras tanto, el tiempo pasa y el incendio va creciendo.

No pocos países, en este verano tórrido, están luchando contra las llamas que van devorando sus bosques: arde el pulmón de la tierra, la selva amazónica; también los bosques de Groenlandia y Rusia. Mientras tanto, los icebergs, fruto del deshielo de los polos, van campando por los mares. La desertización del planeta avanza imparable. ¿Qué será de este buque perdido en alta mar?, ¿qué será de todos sus pasajeros?

Lola Arpa Vilallonga. Mas Palet, Peratallada (Girona)

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