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Londres, Liverpool, Madrid. Parecidos razonables

Unos 70.000 aficionados de Liverpool y Londres vivirán en Madrid la gran fiesta de la Champions. Tres ciudades que tienen muchas cosas en común. Descúbrelas de la mano de Banco Santander, patrocinador de la competición y anfitrión de la ciudad de Madrid

Liverpool y Madrid tienen como símbolos a dos animales, representados en los lugares más emblemáticos de las distintas ciudades. En el caso de la ciudad inglesa se trata de un cormorán, conocido como liver bird. Tiene dos estatuas enormes que coronan el Royal Liver Building, una de las denominadas Tres Gracias de Liverpool junto con los edificios Cunard y del Puerto de Liverpool. Los liver birds, teóricamente un macho y una hembra (según la leyenda, Bella, la hembra, mira hacia el mar para proteger a los barcos que llegan al muelle mientras que Bertie, el macho, mira hacia la ciudad para vigilar a las familias de los marineros), se encuentran a más de 90 metros de altura y están apunto de echar a volar. Obra del escultor alemán Carl Bernard Bartels, llevan en la ciudad desde 1911, cuando concluyeron los trabajos del Royal Liver Building.
La estatua del Oso y el Madroño es obra de Antonio Navarro Santafé y fue colocada en la Puerta del Sol en 1967. Representa de forma realista las armas heráldicas de Madrid, con el animal levantado sobre el árbol en busca de sus frutos. El escultor se inspiró en un oso pardo macho de la Casa de Fieras del Retiro. La escultura es de bronce, mientras que las de los pájaros de Liverpool están hechas de cobre. El símbolo madrileño pesa unas 20 toneladas, por 4 de cada una de las aves inglesas, y mide cuatro metros, algo menos que los pájaros, de 5,5 metros.
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No es tan mítico como el del Palacio de Buckingham, pero no tiene nada que envidiarle. Desde hace casi 15 años se realiza en la plaza de la Armería el relevo solemne de la Guardia del Palacio Real de Madrid, a imagen del que se hacía a diario en tiempos de Alfonso XII y Alfonso XIII. El cambio de guardia del palacio londinense comenzó en 1837, cuando la Reina Victoria trasladó allí su residencia.
Ambos comienzan a las 11 de la mañana. El cambio de guardia del Palacio de Buckingham se representa prácticamente a diario, de lunes a sábado, salvo que el tiempo no lo permita. El madrileño tiene lugar los miércoles y los sábados, también en función de la meteorología y de los actos oficiales que puedan darse. En Madrid el relevo lo lleva a cabo la Guardia Real española, la más antigua de Europa, surgida en el siglo XV. En Londres los protagonistas son miembros de la Guardia de la Reina y pertenecen a cinco regimientos distintos (granaderos, guardia de Coldstream, guardia escocesa, irlandesa y galesa) que pueden diferenciarse en función de la pluma que adorna sus característicos sombreros. En Londres el cambio de guardia dura 45 minutos aproximadamente, y suele llevarse a cabo por aproximadamente un centenar de soldados a pie. El madrileño dura una hora y lo efectúan 400 soldados, cien de ellos a caballo, y también incluye disparos de demostración de piezas antiguas de artillería. Ambos relevos cuentan con la participación de las bandas de música de sus regimientos. La británica suele representar al final clásicos populares y piezas conocidas de películas o series. La española termina ofreciendo un recital con un repertorio de composiciones de autores nacionales como Falla o Albéniz.
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La madrileña catedral de la Almudena y la de Cristo Rey en Liverpool (también de culto católico) comparten juventud. Ambas fueron planteadas a finales del siglo XIX y no se terminaron hasta la segunda mitad del XX. Su estilo es muy diferente, pero igualmente alejado del concepto habitual de catedral, y por ello han estado siempre envueltas de un murmullo crítico. La catedral Metropolitana de la ciudad inglesa tiene planta circular en lugar de la tradicional forma de cruz latina y un diámetro de 59 metros. El edificio tiene estructura cónica, coronada con pináculos en su vértice, y está sostenido por 16 pilares con forma de bumerán. Es esa peculiar disposición la que hace que los ciudadanos de Liverpool la comparen con un embudo o con un tipi, las tiendas utilizadas por los indios americanos. Sus vidrieras aportan luz de colores al interior.
La Almudena, cuyas obras concluyeron en 1993, sí tiene planta de cruz latina. Combina diferentes estilos arquitectónicos: neoclásico en el exterior, neogótico en el interior y neorrománico en la cripta, incluso con toques barrocos como la cúpula o la hornacina que protege a la virgen en la entrada principal. Ese eclecticismo, unido a elementos decorativos como los murales y vidrieras de Kiko Argüello, es el que da a la catedral un aspecto insólito en un templo de esas características en España. La juventud, el estilo y el colorido interior de ambas catedrales hacen que la una pueda evocar a la otra. La Almudena es más grande, con 4.800 metros cuadrados frente a los casi 3.000 de la de Cristo Rey, si bien esta última alcanza mayor altura, 85 metros, por 72 de máximo en la madrileña.
Tanto Londres como Madrid son mundialmente famosas por sus museos. La triada londinense —Museo Británico, National Gallery y Tate— rivaliza con el Paseo del Arte madrileño —Museo del Prado, Reina Sofía y Thyssen-Bornemisza—. Casi 10 millones de personas visitaron los tres centros madrileños, mientras que más de 15 entraron en los tres ingleses. El Prado y el Británico son los más antiguos de ambas capitales, nacidos en 1819 y 1759, respectivamente.
Ambos son conocidos por su enorme tamaño y por el gran número de fondos en exposición, tantos que en los dos casos se recomienda fraccionar las visitas en varias sesiones. El Británico ocupa 92.000 metros cuadrados y en sus galerías se exponen aproximadamente ocho millones de piezas. El Prado abarca cerca de 45.000 metros cuadrados útiles, y consta de más de 35.000 objetos, la mayoría pictóricos. Norman Foster, que diseñó el salón central y la cúpula acristalada del Museo Británico, es el encargado de llevar a cabo la última ampliación del Prado, con la que la pinacoteca madrileña ganará 2.500 metros cuadrados a partir de 2022.
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Tres héroes nacionales están representados en lo alto de columnas en las tres ciudades. Aunque ni Wellington nació en Liverpool (lo hizo en Dublín) ni Nelson en Londres (Norfolk) ni mucho menos Colón en Madrid (¿Génova?). El primero fue un héroe de las Guerras Napoleónicas, y no solo para Inglaterra. Sus mayores victorias, con permiso de Waterloo, llegaron luchando contra los franceses en España (Arapiles, Talavera), por lo que fue nombrado duque de Ciudad Rodrigo, vizconde de Talavera y Grande de España. El segundo es el almirante que venció a las flotas española y napoleónica en la batalla de Trafalgar (1805), por lo que su monumento se ubica en el centro de la conocida plaza londinense del mismo nombre. Colón también era marino, pero sus méritos no son militares.
Las tres columnas se levantaron durante el siglo XIX, todas probablemente inspiradas en los monumentos romanos (Columna de Trajano y de Marco Aurelio en Roma, del siglo II). La más alta es la de Nelson, que supera los 50 metros. La de Colón es la más pequeña, pero su base destaca por el estilo neogótico isabelino, que imita los gustos de la época en la que el propio Colón viajó a América. Las imágenes de las caras representan las escenas de la empresa del navegante: la ayuda de la reina Isabel la Católica, la exposición de su proyecto, el viaje y los nombres de todos los marineros que zarparon en la Pinta, la Niña y la Santamaría. Solo mide 17 metros. Su hermana de Barcelona supera a las de Nelson y Wellington al alcanzar los 57 metros.
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El Rastro se formó hacia 1740 como mercadillo de venta de objetos artesanales, usados (a veces robados) y ropa. Camden es bastante más reciente, comenzó a tener actividad hacia la década de 1970. Ambos lugares son un punto de encuentro comercial y turístico indispensable de sus ciudades, y reflejan la idiosincrasia castiza de Madrid y la cara alternativa surgida con el punk de Londres. Por ambos mercadillos se calcula que pueden llegar a pasar hasta 100.000 personas en un solo día, si bien en Camden se ha extendido la apertura a los sábados (lo tradicional, como en el Rastro, es ir los domingos) e incluso entre semana, hasta alcanzar los 250.000 visitantes cada siete días.
Ambos mercadillos nacieron de la iniciativa popular y alcanzaron el éxito por una acumulación espontánea de comercios en los que se puede encontrar prácticamente de todo a un precio, por lo general, razonable. Pero la realidad actual de Camden es otra: Teddy Sagi, un multimillonario de origen israelí (el sexto israelí más rico del mundo, según Forbes) ha comprado en los últimos cinco años prácticamente la totalidad de Camden Market. El Rastro se forma principalmente a base de tenderetes callejeros, con lo cual se antoja complicado que le pueda suceder algo parecido.
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Liverpool vivió su Movida antes de la Movida. Fue el Mersey sound o Mersey beat (por el río Mersey, que desemboca al mar en la ciudad), que tuvo lugar desde finales de los 50 y cuyos principales exponentes, claro, fueron los Beatles. El resto, aunque muchas tenían un estilo muy similar al de los comienzos de Lennon y compañía, no alcanzaron tanto éxito internacional, pero sí representaron una ola de cambio en la música británica, y en especial en la del norte de Inglaterra. La apertura de The Cavern en 1957 coincide con el inicio de esta época. En su escenario tocaron los Beatles más de 200 veces, lo que hizo que se convirtiese en un local mítico para los amantes de la música.
El Penta fue uno de los centros neurálgicos de la Movida madrileña de los 80. Fue Antonio Vega, cuya imagen puede verse por todo el bar (igual que la de los Beatles en The Cavern) quien elevó su nombre a mito al incluirlo en la letra de Chica de ayer, una de las mejores canciones surgidas de aquella época. Con varias transformaciones y cambios de dueño el Penta (antes Pentagrama, siempre en calle de la Palma, 4) ha sobrevivido hasta hoy, 43 años después de abrirse. The Cavern no puede decir lo mismo: fue sepultado en 1973, reabierto en otra localización entre 1984 y 1985. Finalmente volvió a abrir en ese mismo local en 1991, donde continúa recibiendo a fans de los Fab Four.
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El Retiro y Hyde Park son los principales parques del centro de Madrid y Londres. Hyde Park está unido a Kensington Gardens, pero incluso sin sumar la superficie de este supera a la del Retiro. El parque londinense fue abierto al público en 1637, en los mismos años en los que se edificaba en Madrid el palacio del Buen Retiro, que no sería de acceso público hasta que lo autorizase Carlos III en 1767.
Ambos parques comparten inspiración en la jardinería del barroco, con la presencia de paseos, lagos (el Estanque en el Retiro, la Serpentina en Hyde Park), diferentes especies botánicas, rosaledas y varias estatuas y monumentos conmemorativos. Hyde Park también tuvo brevemente un Palacio de Cristal. Fue construido para la Exposición Universal de 1851, pero solo permaneció allí tres años. Después fue trasladado al sur de la ciudad y en 1936 quedó finalmente destruido tras un incendio. El de Madrid fue erigido en 1887 para la Exposición de las Islas Filipinas, inspirado de hecho en el modelo londinense. Todavía sigue en el Retiro, y en la actualidad (tras ser rehabilitado recientemente) alberga exposiciones de arte contemporáneo.
Álvaro García
Al Royal Albert Dock de Liverpool llegaban los marinos de todas partes del mundo para descargar sus existencias de tabaco, marfil, brandy, algodón, seda o té. Después, en ese mismo emplazamiento, se comerciaba con ello. Eran unos muelles realmente innovadores cuando fueron edificados en 1846, los primeros que no utilizaban madera en sus estructuras, con grúas hidráulicas para desplazar las cargas. Pero 50 años después los barcos habían crecido tanto que ya no cabían. El Matadero de Madrid también fue en cierto modo víctima del progreso. Edificado a principios del siglo XX, fueron concebidos como un proyecto abierto que permitió su expansión y sus diferentes usos, siempre dentro del sector ganadero (degüello, despiece, estabulación, colgaderos…). En los años 80, con el endurecimiento de la normativa y la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea, comenzó su declive. Las condiciones higiénicas y sanitarias eran deficientes y la productividad muy escasa. Cerró en 1996.
Ambos complejos son hoy, sin embargo, un ejemplo de modernidad y de reconversión de espacios industriales en centros de ocio y cultura. El Matadero resurgió hacia 2005 como centro cultural y hoy se complementa con Madrid Río. Juntos han conseguido revitalizar el barrio de Delicias y las zonas adyacentes. Incluye el centro de artes escénicas alternativas Naves Matadero, la Central de Diseño o la Cineteca, que programa documentales difícilmente distribuibles en los cines comerciales. El Royal Albert Dock, reabierto en 1988, es la principal atracción turística de Liverpool, con más de cuatro millones de visitantes anuales. Ahora es un complejo multiusos que alberga un museo marítimo, el museo de los Beatles, la sede de la Tate Gallery en la ciudad, dos hoteles, además de bares, restaurantes y tiendas.

Banco Santander, patrocinador de la UEFA Champions League, apuesta por el fútbol, sus valores y su potencial como motor de progreso. Porque el fútbol puede inspirar a las personas y a la sociedad a mejorar su vida. Porque el fútbol lo puede todo.


Esta noticia, patrocinada por Banco Santander, ha sido elaborada por un colaborador.

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