Hacedme sentir especial siempre

Habrá, en el futuro, momentos en los que las bromas que se me ocurran sean regulares o incluso malas; festejadlas igualmente

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (c), Inés Arrimadas (d), y el candidato al Congreso por Madrid, Edmundo Bal (i), en una Kai Försterling (EFE)

No lograba pegar ojo evocando un vídeo visto en la campaña de las últimas generales. Era de Ciudadanos (suficiente para desvelarte, pensará un bolchevique, chavista, independentista. ¡Qué mala idea tienen! ¡No se les ocurre nada ni tan siquiera regular!).

Como cierre de campaña, y pidiendo un sprint a sus votantes, el partido naranja organizó una carrera. En el vídeo en cuestión se veía a Albert Rivera llegando a la m...

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No lograba pegar ojo evocando un vídeo visto en la campaña de las últimas generales. Era de Ciudadanos (suficiente para desvelarte, pensará un bolchevique, chavista, independentista. ¡Qué mala idea tienen! ¡No se les ocurre nada ni tan siquiera regular!).

Como cierre de campaña, y pidiendo un sprint a sus votantes, el partido naranja organizó una carrera. En el vídeo en cuestión se veía a Albert Rivera llegando a la meta rodeado de sus líderes más valiosos: Inés Arrimadas, José Manuel Villegas... Y también estaba Toni Cantó. Albert era quien llegaba primero. Al cruzar la meta se le veía cerrando los puños y frunciendo los labios; celebrando con entusiasmo la victoria (como un buen augurio).

Me imaginaba las frases que en ese momento le dedicaron el resto de corredores: “¡Qué veloz eres, Albert!”; “¡Madre mía, no hay quien te pille!”; “¿También esto lo haces bien, Albert?”; “¿Cuál es tu techo? ¡Eres increíble!”; “¡Ojalá pudiera embotellarte y darte de beber a los demás politicuchos de este país!”; “¡Eres el recopetín, Albert!”.

Él, con una sospecha cómplice: “Pero, ¿seguro que no me habéis dejado ganar?”

Y otra vez los palmeros: “No… ¡Qué va! ¡Es que eres rapidísimo! ¡Todos aquí hemos intentado ganarte, pero ha sido imposible! ¡Acéptalo, Albert, eres el mejor en todo!”.

Llegados a este punto, y después de una profunda reflexión, quiero lanzar un mensaje.

Queridos seguidores:

Habrá, en el futuro, momentos en los que las bromas que se me ocurran sean regulares o incluso malas; festejadlas igualmente. Seguid adulándome incluso cuando notéis que mi talento languidece. Puede que haya alguno de vosotros que piense: “Bueno, eso es lo que llevo haciendo años, nunca te vi nada excepcional pero como los demás te reían la gracia…” Si este es vuestro caso, seguid así.

En definitiva, hacedme sentir especial, siempre.

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