Cinco libros para mejorar la alimentación de tu familia

Una forma de analizar nuestra alimentación más allá de los intereses de la industria alimentaria o de los conflictos de interés.

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Vivimos en un mundo ultraprocesado. Basta con pasear por el supermercado y observar los estantes para comprobarlo. O con fijarse en los carros de la compra que llegan a los lineales. O con parar en cualquier gasolinera, curiosear una máquina de vending o asistir a un cumpleaños infantil. La disponibilidad y la accesibilidad de los ultraprocesados se ha convertido en un problema titánico de compleja solución. Lo es por la falta de percepción del riesgo que suponen muchos de estos productos, pero también por lo irreal de su consumo ocasional.

A todo lo anterior se une el convenci...

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Vivimos en un mundo ultraprocesado. Basta con pasear por el supermercado y observar los estantes para comprobarlo. O con fijarse en los carros de la compra que llegan a los lineales. O con parar en cualquier gasolinera, curiosear una máquina de vending o asistir a un cumpleaños infantil. La disponibilidad y la accesibilidad de los ultraprocesados se ha convertido en un problema titánico de compleja solución. Lo es por la falta de percepción del riesgo que suponen muchos de estos productos, pero también por lo irreal de su consumo ocasional.

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A todo lo anterior se une el convencimiento de que nuestra alimentación es saludable. Una convicción sustentada muchas veces por los mitos que aún circulan, o por la información –ahora obsoleta– que un día nos dieron. Otras porque nos agarramos a las falsas promesas de salud de productos insanos, o a recuerdos de una infancia exuberante de dulces hábilmente disfrazados. Aún así hay quienes buscan cómo cambiar sus hábitos alimentarios. Muchas veces es la propia maternidad o paternidad la que te empuja a hacerlo. O la que te abre los ojos. Para aprender a comer mejor, nada como hacerlo en familia. Aquí algunas lecturas que pueden acompañarnos.

Come comida real, de Carlos Ríos (PAIDÓS, 2019)

Para Carlos Ríos, dietista-nutricionista y fundador del movimiento Realfooding, la mayoría de nosotros vivimos engañados con nuestra alimentación en una especie de Matrix en el que no comemos comida real sino comida que ponen frente a nosotros. Un universo del que no podemos escapar pese a que creamos que nuestras elecciones son totalmente libres. Sobre esto lleva años divulgando en redes sociales –donde le siguen cientos de miles de personas– y ahora también lo cuenta en ‘Come comida real’ (PAIDÓS, 2019), un libro en el que resume conceptos básicos como qué es realmente un alimento insano, cuál es el problema de la ultradisponibilidad de esos productos y qué es comer “comida real”. Todo contado al resguardo del paraguas de sus abuelas y de su madre, “las verdaderas creadoras del realfooding”, dice. Porque para este sevillano de 27 años que un día empezó la rebelión contra Matrix, a menudo basta con tener información, aprender a hacer la compra y a cocinar cosas sencillas para salir de Matrix. Y se puede salir en familia porque los cambios que hagamos a título individual, por pequeños que sean, también tienen influencia sobre el resto de los miembros.

“Si una persona dentro de la familia empieza a comer bien, se lo puede transmitir al resto. Igual que el consumo de los ultraprocesados se contagia, alguien que decida mejorar su alimentación puede llegar a cambiar la alimentación del resto; sobre todo porque no se trata de una alimentación con un objetivo concreto (enfermedad, pérdida de peso, etc.) sino de una alimentación saludable, de comer comida real para el disfrute de la familia”, cuenta Carlos Ríos.

Alimentación saludable para niños geniales, de Griselda Herrero (Amat Editorial, 2018)

Dirigido a familias que quieren adoptar hábitos saludables, aprender a comer y a relacionarse de forma adecuada con la comida, siempre conscientes de que la perfección no existe. Tampoco en nuestra alimentación. Aunque es cierto que el hilo conductor de ‘Alimentación saludable para niños geniales’ es el papel de la alimentación en el rendimiento escolar y el desarrollo de la inteligencia, y eso puede despistar, lo cierto es que la dietista-nutricionista Griselda Herrero no se aleja ni un centímetro de lo que se considera una alimentación adecuada para todos los miembros de la familia. En sus páginas ofrece recursos, ejemplos y mucha información; información con la que derriba cuestiones como el desayuno ideal, la existencia de los niños “malcomedores” o la necesidad del consumo de alimentos “enriquecidos”.

Modificar nuestros hábitos familiares respecto a la alimentación puede parecer imposible. ¿Qué puede ayudarnos a realizar los cambios necesarios? “Debemos plantear cambios pequeños e irlos realizando poco a poco. Por ejemplo, si nunca comemos verdura, no podemos pretender comer verduras dos veces al día desde el principio. Deberemos empezar por incorporar alguna verdura de sabor más suave con alguno de los platos, y poco a poco ir aumentando la cantidad y la variedad. Y no tener prisa. Es una tarea que requiere esfuerzo de todos y paciencia: para realizar cambios de hábitos se necesitan al menos seis meses. Acudir a un profesional puede ser de gran ayuda para conseguir pautas y estrategias adaptadas a la familia”, responde Griselda.

Coaching nutricional para niños y padres, de Yolanda Fleta y Jaime Giménez (Grijalbo, 2017)

Escrito a cuatro manos, las de Yolanda Fleta, socióloga e investigadora del coaching en el ámbito de la nutrición y la salud, y las de Jaime Giménez, dietista-nutricionista, ‘Coaching nutricional para niños y padres’ ofrece a padres y madres estrategias y actividades para conseguir que todos en casa coman mejor. Su propuesta es interesante porque no solo analiza lo que la familia come o cuáles son los alimentos que denominan malsanos, sino porque parte de la importancia del contexto en el que se sitúa cada familia –y sus hábitos–, y desde ahí conducen al lector a través de sus páginas a la creación de un plan de acción.

Otro punto destacable del libro es que la comunicación y el tiempo con los hijos son fundamentales para sus autores. A menudo, nos animan a preguntarles sobre sus preferencias, a cocinar con ellos, a organizar los menús semanales en familia y a convertirnos junto a nuestros hijos en detectives del supermercado a la caza de etiquetas que investigar. “No hace que falta que corras, ni que pretendas llegar rápidamente, recuerda que comer saludablemente es un rumbo y no un destino”, nos recuerdan Yolanda y Jaime. Premisa que nos puede valer para la crianza y la educación de nuestros hijos.

Tú eliges lo que comes, de Carlos Casabona (PAIDÓS, 2016)

Que se puede disfrutar comiendo sano con nuestros hijos es algo que Carlos Casabona, pediatra especializado en alimentación infantil y divulgador incansable, no ha dejado de repetir. En 2016 publicaba ‘Tú eliges lo que comes’ un libro en el que da argumentos de peso para defender su predicación.

Además de abordar “los entresijos y las técnicas depuradas de marketing” cuando habla del papel que ha jugado la industria alimentaria en el aumento exponencial de la obesidad infantil en nuestro país, plantea cuestiones como la relación entre gasto energético y alimentos, la urgente necesidad de realizar comidas en familia, el importante valor del ejemplo o por qué no son nada recomendables los chantajes emocionales a través de la comida. Lo hace con un tono sencillo y directo, aportando ejemplos reales, anécdotas y recomendaciones fáciles de llevar a la práctica que hacen más agradable el tránsito por ese camino –desconocido para muchos– que es el de la educación alimentaria.

Mamá come sano, de Julio Basulto (DEBOLSILLO, 2015)

Creo que es obligatorio cerrar con ‘Mamá come sano’ una recopilación de libros para mejorar hábitos en familia. En muchas ocasiones es la maternidad la que nos empuja inconscientemente a cambiar esos hábitos que sospechamos mejorables pero que hasta ese momento no hemos sido capaces de cambiar. “El embarazo es una etapa idónea para reflexionar sobre lo que nos llevamos al estómago”, apunta Julio Basulto en el libro. Y es el embarazo, o la búsqueda de éste, el que a menudo se convierte en esa excusa para la reflexión.

En ‘Mamá come sano’ el dietista-nutricionista analiza la alimentación de la mujer antes del embarazo, durante y después. Una alimentación la de estas etapas que no es tan compleja como pensamos –ya lo advierte el pediatra Carlos González en el prólogo: “La dieta de la mujer embarazada y de la madre que lacta debe ser básicamente normal”–, pero que sí influye tanto en la salud de la madre como del futuro bebé.

De nuevo se incide aquí en lo que puede y no puede considerarse una dieta saludable, recordando algunos de los innumerables mitos que giran en torno a la alimentación. Argumentos, todos los recogidos en el libro, que no solo pueden mejorar la salud materna infantil sino también la del resto de la familia.

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