Desmontando a Zidane: las cuatro malas decisiones que tomó antes de salir de casa

Fue uno de los hombres más elegantes del mundo, pero, ayer, en su presentación como técnico madridista, no eligió bien

Zidane junto a su mujer Véronique, Raúl (el segundo por la derecha) y Florentino Pérez (el tercero por la izquierda), entre otros miembros de la directiva y el equipo técnico madridista.Fotografía: Samuel Sánchez

El madridismo se ha liberado de las ojeras esta mañana. Después de muchas noches durmiendo mal y pocas horas, la llegada de Zinédine Zidane (Marsella, Francia, 1972) al banquillo madridista ha relajado a la hinchada. Vuelve el mesías y ya no vamos a llenar el Bernabéu para ver perder a nuestro equipo. Bueno, eso ya se verá en los próximos partidos.

Lo que quedó claro ayer, en la presentación, es que otro estilo ha entrado en la casa madridista. Del clasicismo de los dos últimos inquili...

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El madridismo se ha liberado de las ojeras esta mañana. Después de muchas noches durmiendo mal y pocas horas, la llegada de Zinédine Zidane (Marsella, Francia, 1972) al banquillo madridista ha relajado a la hinchada. Vuelve el mesías y ya no vamos a llenar el Bernabéu para ver perder a nuestro equipo. Bueno, eso ya se verá en los próximos partidos.

Lo que quedó claro ayer, en la presentación, es que otro estilo ha entrado en la casa madridista. Del clasicismo de los dos últimos inquilinos del banquillo, Julen Lopetegui y Santiago Solari (casi siempre con traje), a la elegancia relajada del francés. ¿Hemos dicho elegancia? Sí, la indumentaria de Zidane ha cambiado. Nos acordamos de que fue uno de los hombres más elegantes del mundo. Solo hay que recordar la campaña que hizo con el diseñador japonés Yohji Yamamoto para Y-3, la línea de Adidas de sastrería deportiva de culto.

Ayer, al menos, en la presentación, no vimos a ese Zidane impecablemente vestido. Estas fueron las malas decisiones que tomó...

Zidane, en un momento de la charla que ofreció en su presentación como técnico blanco.Fotografía: Getty

- Por qué no nos convence cómo le queda el pantalón. Vale que la etiqueta permita un look más relajado y que el traje ya no sea obligatorio, pero cuando el resto de los presentes va de traje de oficina es conveniente buscar un término medio. Por ejemplo, unos pantalones chinos o unos vaqueros sin rotos. Los deportistas en general y los futbolistas en particular tienen muy desarrollada la musculatura de las piernas. Por eso deben manejar con precaución los pantalones entallados. Zidane eligió unos pitillo muy ajustados, posiblemente un poco elásticos. Son perfectos, pero no son la mejor elección para él. Le aprietan demasiado. Más que unos vaqueros parecen unas mallas.

- Por qué no nos convence el dobladillo del pantalón. Incluso dando por bueno todo lo anterior, el objetivo de unos pantalones entallados es alargar visualmente la silueta de la pierna. Aquí el dobladillo del bajo provoca el efecto contrario porque, de nuevo, no es el corte más apropiado para Zidane. Le acorta la pierna y no le estiliza. Para este viaje no hacían falta estas alforjas

- Por qué nos convencen más las deportivas de Raúl que las de Zidane. Aparentemente, las deportivas que lucen Raúl (segundo por la derecha en la imagen de arriba) y Zidane son similares: diseño sencillo, como de tenis o skate, tono discreto (negro Raúl, gris Zidane) y suela gruesa (pero no oversized) de goma blanca. Sin embargo, Raúl las lleva quitándoles importancia, con un pantalón de vestir de longitud normal. Zidane, por el contrario, se apunta a la tendencia de prescindir de calcetines y de llevar el tobillo al aire. Si a ello le sumamos el bajo entallado del pantalón, el resultado es un tropiezo patrocinado por el verano de 2010. Y han pasado ya ocho años.

- Por qué no nos convence la camisa. Todo en el look de Zidane, desde la americana verdosa hasta los vaqueros o las zapatillas, remite al mundo de la ropa sport. Sin embargo, la camisa es un modelo blanco de vestir, pensado para llevar con corbata, y que Zidane luce con el primer botón desabrochado, como si le apretara demasiado. El resultado es poco natural. Hubiera sido mejor casi cualquier opción diferente: desde desabrochar un botón más, para rebajar la tensión del tejido, hasta sustituirla por una cómoda camisa tipo Oxford con los picos del cuello abotonados. E, incluso, nuestra propuesta: ponerse una camiseta y sustituir el vaquero por un pantalón de vestir.

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