Villarejo: licencia para grabar
Villarejo era, y es, un personaje siniestro que en su época más activa, y valiéndose de su condición de comisario de policía con contactos en las más altas esferas y en el subfondo cloacal, se vendía al mejor postor. Negocios sucios, rastreos telefónicos ilegales, grabaciones, chantajes, extorsiones... En definitiva, un sujeto del que es preferible permanecer lo más alejado posible. Pero visto lo visto —y lo oído—, más de un poder político, económico y social se ha acercado a su persona para obtener información o favores previo pago del cometido, ignorando que quien controlaba y dirigía cada c...
Villarejo era, y es, un personaje siniestro que en su época más activa, y valiéndose de su condición de comisario de policía con contactos en las más altas esferas y en el subfondo cloacal, se vendía al mejor postor. Negocios sucios, rastreos telefónicos ilegales, grabaciones, chantajes, extorsiones... En definitiva, un sujeto del que es preferible permanecer lo más alejado posible. Pero visto lo visto —y lo oído—, más de un poder político, económico y social se ha acercado a su persona para obtener información o favores previo pago del cometido, ignorando que quien controlaba y dirigía cada conversación o reunión era él. Veremos si vamos conociendo más grabaciones y a quién o a quiénes afecta. El superespía Villarejo tiene licencia para grabar, y difundir. Seguro que más de uno o una estará impaciente, o directamente acongojado. Quien anda con amistades peligrosas, ya se sabe.
J. Manuel Fernández-Arroyo. Barcelona