No tiene gracia

Recuerdo que, cuando era niño (primeros años cincuenta), los domingos, bien temprano, repicaban las campanas de la iglesia cerca de la que vivíamos en Granada. A continuación, mediante una potente megafonía, nos tildaban de vagos, gandules y pecadores y nos exigían ir a la iglesia para asistir a la inmediata misa. Creí que estas cosas pertenecían al pasado pero parece ser que en Vic han resucitado algo muy parecido. Parece gracioso pero no, no lo es. O a mí no me lo parece.

Fausto Rojo

Barcelona...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Recuerdo que, cuando era niño (primeros años cincuenta), los domingos, bien temprano, repicaban las campanas de la iglesia cerca de la que vivíamos en Granada. A continuación, mediante una potente megafonía, nos tildaban de vagos, gandules y pecadores y nos exigían ir a la iglesia para asistir a la inmediata misa. Creí que estas cosas pertenecían al pasado pero parece ser que en Vic han resucitado algo muy parecido. Parece gracioso pero no, no lo es. O a mí no me lo parece.

Fausto Rojo

Barcelona

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En