La Tierra, patrimonio común

La Tierra debería ser un lugar libre y pacífico donde celebrar la vida compartiendo los recursos que nos brinda. Un lugar sin fronteras para poder moverse como lo hacen las aves del cielo sin identidad ni papeles y anidando allí donde les resulta más propicio. Los recursos de la Madre Tierra son patrimonio de todos los seres vivos y debieran pertenecer a quienes en ella vienen a la vida. Sin embargo, unos lo tienen todo y otros, nada. Insolidaridad, abuso del poder, violencia y leyes injustas conforman un mundo muy peligroso para todos, pero, sobre todo, para los más vulnerables. Los humanos s...

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La Tierra debería ser un lugar libre y pacífico donde celebrar la vida compartiendo los recursos que nos brinda. Un lugar sin fronteras para poder moverse como lo hacen las aves del cielo sin identidad ni papeles y anidando allí donde les resulta más propicio. Los recursos de la Madre Tierra son patrimonio de todos los seres vivos y debieran pertenecer a quienes en ella vienen a la vida. Sin embargo, unos lo tienen todo y otros, nada. Insolidaridad, abuso del poder, violencia y leyes injustas conforman un mundo muy peligroso para todos, pero, sobre todo, para los más vulnerables. Los humanos somos una rareza de la naturaleza cuya inteligencia debiera servirnos para tomar conciencia de nuestra frágil condición y, por tanto, facilitar la convivencia, el compromiso y el respeto por el otro. Pero esa inteligencia queda cuestionada cuando no practicamos la equidad, la solidaridad y la empatía, virtudes esenciales tanto para la cohesión y fortaleza social como para la evolución.— Pedro Serrano. Antoñán del Valle (León).

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