Cuidemos Guadarrama

En la montaña, la soledad o el silencio son factores esenciales que contribuyen a la conservación de su rico patrimonio natural y cultural. Sin estas circunstancias no sería posible la gran biodiversidad de sus ecosistemas, con especies únicas de enorme interés. Tampoco la belleza de sus paisajes, su sosegada contemplación y disfrute, el aprender de la naturaleza en pie de igualdad con ella. Actualmente, el parque nacional del Guadarrama sufre las consecuencias de una notable masificación, junto a prácticas deportivas que cuestionan su significado y que es necesario regular. Senderos y encruci...

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En la montaña, la soledad o el silencio son factores esenciales que contribuyen a la conservación de su rico patrimonio natural y cultural. Sin estas circunstancias no sería posible la gran biodiversidad de sus ecosistemas, con especies únicas de enorme interés. Tampoco la belleza de sus paisajes, su sosegada contemplación y disfrute, el aprender de la naturaleza en pie de igualdad con ella. Actualmente, el parque nacional del Guadarrama sufre las consecuencias de una notable masificación, junto a prácticas deportivas que cuestionan su significado y que es necesario regular. Senderos y encrucijadas son espacios abiertos donde se concentra una abundante biodiversidad. Hay hábitats muy sensibles cuya invasión pone en peligro a las especies residentes. Se da el caso, por ejemplo, de plantas como Carex furva de la que se conocen solo siete ejemplares, o la rara Eleocharis quinqueflora. O insectos como la Isoperla acicularis guadarramica, que no existe en ningún otro lugar del mundo. Toda esta belleza se manifiesta, además, en las innumerables obras de artistas de primer rango que encontraron aquí su lugar de inspiración.— José Arias Martínez. Collado Villalba (Madrid).

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