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Nepal trata de defender a la mujer ante el machismo

Pagar una supuesta deuda con años de servicio doméstico gratuito, marginación por tener la regla, maltrato en el hogar... Diversas organizaciones de la sociedad del país asiático luchan por cambiar tradiciones ancestrales

Nepal lucha por acabar con formas de discriminación y violencia hacia la mujer. El pasado mes de agosto de 2017, el parlamento aprobó una ley en la que criminalizaba, entre otras prácticas, el 'chauppadi': la tradición hindú que obliga a las mujeres a permanecer fuera de casa durante la menstruación para preservar la pureza del hogar. Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos de la mujer señalan que el Tribunal Supremo del país asiático ya había prohibido esta tradición en 2005. La práctica sigue tan presente en las zonas deprimidas del oeste del país que la última víctima de esta tradición discriminatoria ocurrió a comienzos del presente año.
La ley establece compensaciones para las supervivientes de las diferentes formas de violencia machista pero los fondos son inexistentes o mínimos. Esto tiene efectos dramáticos para mujeres vulnerables, como las madres solteras.
Otro de los colectivos vulnerables son las viudas del campo nepalí, quienes suelen ser analfabetas y sin otro futuro que servir de trabajadoras domésticas. Lily Thapa es fundadora de Mujeres por los Derechos Humanos (Grupo de Mujeres Solteras). Desde 1994, esta organización lucha contra la discriminación legal y social a madres solteras y viudas nepalíes con más de 2.500 grupos de mujeres distribuidos por los rincones más remotos de la geografía del país.
El trabajo de concienciación y sensibilización es el elemento diferenciador para que el progreso llegue también a los más jóvenes del entorno rural. Nepal ocupa el puesto 144 (de 188 países) en el Índice de Desigualdad de Género de la ONU, por debajo de sociedades vecinas e igualmente patriarcales como India o Bangladesh, y tan convulsas y machistas como Irak.
Urmila fue víctima de la tradición 'kamalari', un sistema por el cual se paga una supuesta deuda con años de servicio doméstico, normalmente de las hijas. Hoy es abanderada de la lucha contra la violencia machista. Desde 2010, su organización ha conseguido la liberación de más de un millar de niñas (alrededor de 13.000, gracias a otros grupos) víctimas de esta práctica. Ahora muchas de ellas trabajan libremente en cooperativas.
Nepal ha progresado en la defensa de la mujer gracias a la participación social y a la mejora de la legislación, aunque no hay una ley que condene directamente la dote (pago por el casamiento de una hija), por ejemplo.
Las demandas de organizaciones defensoras de los derechos de la mujer van más allá de la aprobación de leyes. Exigen, entre otras cosas, una mejora en el acceso a la información para que ellas conozcan la normativa y puedan organizarse.
El Nepal rural no solo concentra a la mayor parte de la población sino que también condensa tradiciones arcaicas nocivas, combinación de creencias religiosas y precariedad económica, que hacen más vulnerables a las potenciales víctimas.
Nepal eligió a 14.000 mujeres (cerca del 50%) como representantes locales en las primeras elecciones generales después de aprobar su reciente constitución y tras décadas de inestabilidad política.