La metamorfosis de Anna Gabriel

Es sorprendente. La provocadora, luchadora y hosca Anna Gabriel, de flequillo y camiseta de dudoso gusto, se ha transformado en una chica bien de Barcelona. Esto me suena a que alguien le ha dicho: “Si quieres convencer a la corte suiza, vístete con decoro y deja ese aspecto desaliñado de luchadora de las calles que hace sentadas frente a los bancos o la policía. Eso aquí no funciona si quieres tener credibilidad. Y, además, di que quieres trabajar y continuar con tu carrera académica”. Y así, de pronto, se produce la mutación, igual que una madre le dice al hijo: “Quítate el piercing...

Es sorprendente. La provocadora, luchadora y hosca Anna Gabriel, de flequillo y camiseta de dudoso gusto, se ha transformado en una chica bien de Barcelona. Esto me suena a que alguien le ha dicho: “Si quieres convencer a la corte suiza, vístete con decoro y deja ese aspecto desaliñado de luchadora de las calles que hace sentadas frente a los bancos o la policía. Eso aquí no funciona si quieres tener credibilidad. Y, además, di que quieres trabajar y continuar con tu carrera académica”. Y así, de pronto, se produce la mutación, igual que una madre le dice al hijo: “Quítate el piercing para ir al trabajo”. Lo que había detrás de la otra estética, ¿era una defensa del independentismo, la república, la lucha contra el capitalismo? Pues Suiza ha acabado con ello, al parecer. Creo que muchos de su partido estarán a cuadros con la metamorfosis de su exportavoz. Pero no lo dirán nunca.— Javier Crespo. Valencia.

¿Antisistema? ¿Anticapitalista? ¿Suiza? Por favor, ¿podría explicarme cómo se puede ser anticapitalista y antisistema y terminar huyendo a Suiza (cumbre del capitalismo)?— Marta Cribeiro Sánchez. Tres Cantos (Madrid).