El peligro de los diminutos

Hace unos años leí en la revista americana Scientific American que los grandes enemigos del siglo XXI serían seres diminutos: virus, bacterias y hongos. Me imaginaba grandes epidemias como la del ébola, pero nunca pude sospechar que el peligro estuviera tan cerca: la infección crónica por el hongo Candida albicans, que inflama el intestino delgado y despedaza el sistema inmunitario a la larga. Infección fantasma para la medicina actual que, por alguna razón, la ignora. Es cierto que es difícil de diagnosticar, pero hay numerosos estudios de nutricionistas serios que le ponen ...

Hace unos años leí en la revista americana Scientific American que los grandes enemigos del siglo XXI serían seres diminutos: virus, bacterias y hongos. Me imaginaba grandes epidemias como la del ébola, pero nunca pude sospechar que el peligro estuviera tan cerca: la infección crónica por el hongo Candida albicans, que inflama el intestino delgado y despedaza el sistema inmunitario a la larga. Infección fantasma para la medicina actual que, por alguna razón, la ignora. Es cierto que es difícil de diagnosticar, pero hay numerosos estudios de nutricionistas serios que le ponen cara. Y pacientes que se han curado pueden dar testimonio de ella. La infección por Candida albicans puede producir innumerables síntomas, desde dolor de cabeza hasta dolor de estómago, diarrea, urticaria, acné o incluso depresión. ¿Puede un organismo tan diminuto poner en jaque a una generación aquejada de estrés? Necesitamos que la medicina se ocupe de hacer visible el destrozo de estos seres microscópicos. Encontrar tratamiento médico sería fundamental para ayudar al ciudadano a deshacerse de los males que los aquejan. Esperemos tener pronta respuesta a esta incógnita médica.— Cristina Sande Cecchi. Zaragoza.