Cartas al director

Banderas y el Pimpi

Qué alegría, Antonio Banderas entra el accionariado del Pimpi. Solo por eso me tomaré las cervecitas más alegre cada vez que vaya a Málaga. Es uno de mis bares preferidos, que nunca dejo de visitar cuando voy. Este verano descubrí la parte moderna, y está bien, pero el Pimpi viejo, el que atraviesa desde una calle a la otra, a la plaza del teatro, es mi favorito. Con sus azulejos y sus plantas, con la tabernita y las escaleras, con los barriles y la tiza… Espero del actor que su iniciativa sirva para que no lo maleen, solo que lo conserven, que evite esa tendencia que hay ahora de destrozar to...

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Qué alegría, Antonio Banderas entra el accionariado del Pimpi. Solo por eso me tomaré las cervecitas más alegre cada vez que vaya a Málaga. Es uno de mis bares preferidos, que nunca dejo de visitar cuando voy. Este verano descubrí la parte moderna, y está bien, pero el Pimpi viejo, el que atraviesa desde una calle a la otra, a la plaza del teatro, es mi favorito. Con sus azulejos y sus plantas, con la tabernita y las escaleras, con los barriles y la tiza… Espero del actor que su iniciativa sirva para que no lo maleen, solo que lo conserven, que evite esa tendencia que hay ahora de destrozar todo lo antiguo para luego volver a imitarlo con materiales nuevos, ese tejer y destejer que está destrozando cientos de locales en toda España, despojándolos de su encanto y de su pasado, que es el de todos. Bienvenido al Pimpi, Antonio, no dejes que lo cambien. Conservemos nuestras pequeñas historias locales.— Laura Manzano Albasanz. Madrid.

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