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La actriz Kadian Noble demanda a Harvey Weinstein por un ataque sexual

La intérprete denuncia la violación sufrida por el productor en un hotel de Cannes en 2014. Su relato se suma al de otras actrices como Uma Thurman o Lupita Nyong o

"Dije recientemente que estaba enojada y tengo algunos motivos, #metoo [#yotambién, el hashtag usado por miles de mujeres en todo el mundo para denunciar que ella también han sido víctimas de abusos sexuales] en caso de que no te hayas dado cuenta por la expresión de mi rostro", empezaba el mensaje publicado por Uma Thurman en su Instagram.

La actriz rompía así su silencio sobre el escándalo de Harvey Weinstein, el productor acusado de acoso y abuso sexual por decenas de mujeres de Hollywood, en un mensaje en el que empezaba dando las gracias (“por todos aquellos que tienen la valentía de luchar para los demás”) por haberlo publicado en la fiesta estadounidense de Acción de Gracias.

"Creo que es importante tomarte tu tiempo, ser justo, ser exacto, así que... ¡feliz Acción de Gracias a todos! (excepto a ti, Harvey, y todos tus retorcidos conspiradores. Me alegro de que esté ocurriendo lentamente, no te mereces ni una bala)", proseguía su mensaje Uma Thurman, en el que no relata cuándo tuvieron lugar los abusos por parte del productor. Aunque sí dejó caer que podría hacer más revelaciones en un futuro.

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La actriz estadounidense de origen español Paz de la Huerta ha asegurado que el productor Harvey Weinstein la violó dos veces en 2010, aumentando la lista de mujeres que han denunciado haber sufrido abusos sexuales del exmagnate de Hollywood. Una denuncia, y ya van más de sesenta, que la policía de Nueva York ha asegurado que está “investigando de manera activa”.

De la Huerta, de 33 años y descendiente de nobles españoles, ha contado en la revista ‘Vanity Fair’ los dos presuntos asaltos ocurridos en Nueva York, con poco más de un mes de diferencia. La actriz conoció a Weinstein cuando tenía 14 años y rodaba 'Las normas de la casa de la sidra' (1999), y mantuvieron el contacto en la distancia, según cuenta. Y una noche de noviembre de 2010, cuando la actriz tenía 26 años, se encontraron en el bar de un hotel de Manhattan, y el productor le ofreció a la intérprete de la serie de HBO ‘Boardwalk Empire’ llevarla a su apartamento en Tribeca. Una vez allí pidió subir a su casa a tomar un trago —un ‘modus operandi’ igual al que siguió con otras actrices según sus relatos—. “Las cosas se volvieron muy incómodas muy rápido”, empieza su relato De la Huerta, hoy de 33 años. “Cuando entramos en casa, inmediatamente empezó a besarme y yo le empujé. Luego él me tiró a la cama, se había bajado los pantalones y me subió la falda. Sentí miedo, no fue consensuado, todo pasó muy rápido. Rápido se encajó dentro de mí y cuando terminó me dijo que me llamaría. Yo me quedé tirada en la cama en shock”, revela la intérprete.

El segundo episodio ocurrió en diciembre. El productor, ebrio, apareció en su edificio después de que ella llegara de una sesión de fotos. La actriz cuenta a la revista que había estado bebiendo, y sintió miedo de Weinstein, a quien en repetidas llamadas le pidió que la dejara. “Me calló y me dijo: ‘Hablemos de esto en tu apartamento’. Yo no estaba en buen estado. Estaba tan aterrorizado de él... Dije que no, y cuando estuvo encima de mí, le dije: ‘No quiero hacer esto’. Me siguió dando vueltas y fue desagradable. Él es como un cerdo. . . . Él me violó”. “Me quedé en la cama sintiéndome enferma. Él me miró y me dijo: ‘Te daré un papel’. Se marchó y no supe nunca más de él. Él sabía que había hecho algo malo”.

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Annabella Sciorra ha acusado a Harvey Weinstein de haberla violado en la década de los noventa y acosado en los años siguientes, según ha contado a la revista ‘The New Yorker’, que ayudó a destapar el historial de agresión sexual del productor. Consultada inicialmente para el primer reportaje, en el que 13 mujeres acusaban al productor de acoso y la actriz Asia Argento de violación, la intérprete de ‘Los Soprano’, papel por el que fue nominada a un Emmy, negó tener alegaciones que hacer contra el productor, pero dos semanas después contactó a la publicación para desdecirse y aseguró que en un primer momento la llamada de Ronan Farrow le produjo “pánico”.

La actriz italoestadounidense explica que después de filmar ‘The night we never met’ (1993) entró en una dinámica de eventos con el "círculo de Miramax", el estudio cofundado por Weinstein, y después de asistir a una cena en Nueva York con él, el productor se ofreció a dejarla en casa como había hecho en otras ocasiones. Una vez en su apartamento y preparada para dormir, alguien llamó a su puerta. “No era la mitad de la noche, así que abrí una ranura de la puerta para ver quién era. Y él abrió la puerta de un empujón", recuerda. El productor entró en su casa y se descamisó mientras inspeccionaba si había alguien más, y, según el relato de la actriz, que estaba sola y en camisón, este la acorraló en su habitación, ignoró sus peticiones para que se fuera de allí y la lanzó a la cama. "Pegué patadas y grité", declara la actriz, que acusa a Weinstein de sujetarle los brazos y forzarla sexualmente.

De manera similar al testimonio de la actriz Asia Argento, Sciorra señala que el productor le practicó sexo oral forzado y ella luchó para evitarlo, "intenté defenderme, pero no tenía mucha fuerza”. "Las noches siguientes no podía dormir. Puse muebles ante la puerta, como en las películas. Estaba muy avergonzada", dice. Un episodio que no denunció a la policía ni habló de él públicamente por miedo a represalias, aunque igualmente sufrió el impacto de la "maquinaria Harvey" en su vida. Ya que no volvió a trabajar hasta 1995 y años después, cuando retomó su carrera, el productor la acosó al coincidir en varios hoteles con ella en diferentes eventos. Un trauma por el que sigue durmiendo con un bate de béisbol cerca, relata.

La intérprete también cuenta un encuentro durante el festival de Cannes de 1997, en el que promocionaba la película 'Cop Land'. Llamaron a la puerta de la habitación de su hotel: “Estaba Harvey con su ropa interior, sujetando una botella de aceite en una mano y una película, en otra. Y fue horrible, porque yo había estado allí antes”. Entonces empezó a llamar por teléfono a todos los números de los servicios del hotel hasta que alguien apareció en su habitación.

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En el artículo de seguimiento sobre el ‘caso Weinstein’ que ha escandalizado a Hollywood, 'The New Yorker' también recoge el relato de Daryl Hannah. La actriz estadounidense le conoció en el festival de Cannes antes de trabajar con él, y el productor le dijo que quería mantener una reunión de negocios. Cuando ya era tarde por la noche, primero la llamó por teléfono, y luego empezó a aporrear su puerta de forma insistente, algo que hizo que ella acabara saliendo de su habitación por una puerta exterior y pasó la noche en la habitación de su maquilladora.

Años después, en la década de los 2000 mientras promocionaba en Roma ‘Kill Bill: Volume 2’ (de la productora de Weinstein), el productor entró en su habitación, para la que al parecer tenía una llave. "Entró como un toro enrabietado. Sé con cada fibra de mi ser que si mi maquillador no hubiera estado en la habitación las cosas no habrían ido bien. Daba miedo", cuenta la intérprete. Cuando le preguntó al productor qué hacía en su habitación, le vio enfadarse. Antes de irse, el productor le dijo a la intérprete de ‘Splash’ o ‘Wall Street’ que se vistiera y fuera a una fiesta en el hotel, pero al llegar, la recepción estaba "completamente vacía" y tampoco parecía que allí hubiese habido una fiesta. Cuando iba a coger el ascensor para volver a su habitación, el productor, según su relato, le preguntó si sus pechos eran "reales" y si podía tocarlos.

Tras la negativa, la actriz dijo haber tenido "repercusiones": el avión de Miramax despegó sin ella al día siguiente, y sus vuelos y hotel para Cannes fueron cancelados. Y les contó a todos lo ocurrido la noche anterior, incluido el director Quentin Tarantino, quien recientemente ha reconocido saber desde hace años cómo actuaba Weinstein. “No solo no se nos cree, somos reprendidas, criticadas y culpadas”, sentencia. “Siento una obligación moral de apoyar a las mujeres que han sufrido mayores agresiones”, die ahora la intérprete sobre porqué cuenta su historia.

La portavoz de Weinstein envió una declaración a la revista en respuesta a las alegaciones de Annabella Sciorra y Hannah, en la misma línea que las anteriores y después de que haya sido acusado de abusos por unas cincuenta mujeres: "Mr. Weinstein absolutamente niega cualquier alegación de sexo no consensuado".

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Lupita Nyong’o ha relatado sus encuentros con Harvey Weinstein en artículo primera persona publicado este jueves en ‘The New York Times’. “Había archivado mi experiencia con Harvey en los recovecos de mi mente, uniéndome a la conspiración de silencio que ha permitido a este depredador merodear durante tantos años. Me sentí muy sola cuando sucedieron estas cosas, y me culpé a mí misma por mucho, al igual que muchas de las otras mujeres que han compartido sus historias. Pero ahora que esto está siendo hablado abiertamente, no he sido capaz de impedir que resurja la memoria”, empieza su relato de lo que considera que es un “siniestro patrón de comportamiento”.

La oscarizada intérprete relata que conoció al productor en Berlín en 2011, cuando aún era una estudiante de la escuela de Arte Dramático de Yale, deseosa de conocer a gente de la industria del cine. “Un intermediario me lo presentó como ‘el productor más poderoso de Hollywood”, cuenta. “Intenté investigar sobre este famoso productor preguntando a mis compañeros de mesa en la cena qué sabían de él. Una mujer que era productora me advirtió: ‘Mantén a Harvey a un lado. Es un bueno hombre que conoce el negocio, pero simplemente ten cuidado a su alrededor. Puede ser un abusón’. Así que intercambié datos con él con la esperanza de ser considerada para uno de sus proyectos”, cuenta la intérprete sobre su primer encuentro, en el que lo encontró “muy directo y autoritario, pero encantador”.

Poco después, el productor la escribió para invitarla a ver una película en su casa de Westport, Conn. Primero se reunieron en un restaurante para comer, donde él se negó a que Nyong’o tomara un zumo y le ordenó al camarero que le trajera a la actriz vodka y soda. Luego se dirigieron a su casa, donde conoció a su personal de servicio y a sus hijos pequeños [tiene dos con la diseñadora de Marchesa Georgina Chapman] y se dirigieron a la proyección. "Pero a los 15 minutos, Harvey vino a buscarme y me dijo que quería mostrarme algo. Protesté ya que quería terminar la película, pero insistió en que fuera con él, dictando la ley como si yo también fuera uno de sus hijos”. “Harvey me llevó a su dormitorio, y dijo que quería darme un masaje. Pensé que estaba bromeando al principio. Me sentí insegura. Entré en pánico un poco y pensé rápidamente en ofrecerme yo a hacerle los masajes y así tomar el control para ganar tiempo. (…) Estuvo de acuerdo con esto y se acostó en la cama. Empecé a masajearle la espalda para ganar tiempo, para descubrir cómo librarme de esta situación indeseable. En poco tiempo dijo que quería quitarse los pantalones. Le dije que no hiciera eso y le informé de que me haría sentir extremadamente incómoda. Se levantó de todos modos para hacerlo y me dirigí a la puerta, diciendo que no estaba del todo cómoda con eso. 'Si no vamos a ver la película, debo regresar a la escuela, le dije", por lo que Harvey la llamó terca. “No sabía cómo proceder sin poner en peligro mi futuro. Pero supe que no aceptaría ninguna visita más a sitios privados con Harvey Weinstein”, pensó tras ese primer encuentro.

Ese fue su encuentro más brutal, y en su escrito relata las otras tres veces que lo volvió a ver. Durante una cena, el productor le soltó: “Cortemos el rollo. Tengo una habitación privada arriba donde podemos tomar el resto de la cena". "Me quedé pasmada. Le dije que prefería comer en el restaurante. Me dijo que no fuera tan naíf. Si quería ser una actriz, tenía que estar dispuesta a hacer este tipo de cosas. Dijo que había salido con la famosa actriz X e Y y que viera dónde las había llevado”. Tras reunir el coraje para rechazar su oferta, Nyong’o relata la respuesta de Weinstein: “No tienes ni idea de lo que estás pasando”. “Con todo el respeto, no sería capaz de dormir por la noche si hiciera lo que me pides, así que debo pasar”, le contesté. “Antes de irme, tenía que asegurarme de no haber despertado una bestia que arruinaría mi nombre y destruiría mis posibilidades en el negocio antes incluso de estar en él. ‘Solo quiero saber que estamos bien’, le dije’. ‘No conozco tu carrera, pero estarás bien’, me dijo. Pareció una amenaza y un consuelo al mismo tiempo. De qué, no podía estar segura”.

Hasta septiembre de 2013 no se volvieron a ver, tras el estreno de 'Doce años de esclavitud' en Toronto. “Me dijo que no se podía creer lo rápido que había llegado donde estaba, y que me había tratado muy mal en el pasado. Estaba avergonzado de sus acciones y prometió respetarme en el futuro. Se lo agradecí y me fui. Pero me hice una promesa a mí misma, no trabajar nunca con Harvey Weinstein”. Tras ganar el Oscar por esa película, Weinstein insistió varias veces en que participara en una de sus películas, y ella le rechazó en cada una de ellas.

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Lena Headey, conocida por su papel de Cersei Lannister en la serie ‘Juego de tronos’, ha sido la última actriz en sumarse a la lista de intérpretes que acusan de acoso sexual al productor Harvey Weinstein. "La primera vez que le vi fue en el Festival de Cine de Venecia, donde la película 'El secreto de los hermanos Grimm' [2005] se exhibía en el festival, en cuyo rodaje sufrí un interminable bullying por parte del director Terry Gilliam", empieza el primero de una cadena de mensajes que ha publicado la actriz en su cuenta de Twitter. “En un momento dado, Harvey me pidió ir a dar un paseo hacia el agua, fui con él y se paró e hizo un comentario sugerente, un gesto, yo simplemente me reí. Estaba en shock. Recuerdo pensar que era una broma y decirle algo tipo 'Venga hombre, sería como besar a mi padre. Vamos a tomar algo con el resto’. Nunca más estuve en una película de Miramax [productora de Harvey Weinstein”.

En un segundo mensaje en su Twitter, Headey habla de un segundo episodio ocurrido en Los Ángeles años después. “Por alguna razón creía que nunca se atrevería a volver a intentar algo conmigo, no después de haberme reído en su cara y decirle que eso no iba a pasar ni en un millón de años. Pensé que respetaría mis límites y que quizás solo quería hablar de trabajo", cuenta a su millón de seguidores en la red social. Tras desayunar, le empezó a hacer preguntas sobre su vida personal que ella trató de desviar hacia otra conversación. “Luego se fue al baño y al regresar me dijo de subir a su habitación porque quería enseñarme un guion. Caminamos hacia el ascensor y la energía cambió, y todo mi cuerpo se puso en alerta, el ascensor subía y le dije a Harvey: ‘No estoy interesada en nada que no sea trabajo, por favor, no pienses que voy ahí contigo por cualquier otra razón’. Nada va a pasar, le dije. No sé lo que me poseyó en ese momento para hablar, solo que tenía un gran sentimiento de que no se me acercara”.

La actriz, de 44 años, termina su historia con una tercera nota. “Se quedó en silencio después de que yo hablara, furioso. Salimos del ascensor y entramos en su habitación. Su mano estaba en mi espalda, me dirigía, sin hablar, me sentí completamente sin poder. Intentó poner la llave y no funcionó, y luego se enfadó mucho. Así que me acompañó de nuevo al ascensor agarrándome del brazo, pagó mi coche y me susurró al oído: 'No le digas a nadie nada sobre esto. Ni a tu mánager ni a tu agente'. Entonces me senté dentro y rompí a llorar”. Pocos días antes de revelar su historia, la actriz tuiteó: “Harvey Weinstein se ha ido. Pero Hollywood todavía tiene un problema”.

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Una de las primeras actrices en hablar públicamente del acoso sufrido por parte de Harvey Weinstein fue Ashley Judd, quien explicó su historia para el reportaje que 'The New York Times' publicó y que desató el escándalo. En el periódico estadounidense, la actriz de 'Siempre a tu lado', relataba que cuando tenía 20 años, y estaba empezando su carrera como actriz, Weinstein la invitó a un hotel en Beverly Hills en el que ella esperaba que tuviera lugar una reunión de negocios. Sin embargo, una vez en la habitación, el productor apareció con un albornoz y le preguntó si podía darle un masaje o si lo podía mirar mientras él se duchaba.

“¿Cómo puedo salir de la habitación lo más rápido posible sin enfadar a Harvey Weinstein?”, asegura la actriz que pensó en ese momento. Años después, Judd aparecería en dos películas de su productora, y en octubre de 2015 contó a la revista ‘Variety’ un episodio vivido en una habitación de hotel en el que no mencionaba nombres, pero aseguraba que un “magnate del cine” la acosó mientras rodaba ‘El coleccionista de amantes’ (1997). “En aquella habitación había mucha diferencia de fuerza y poder”, recordó. Hoy ya ha revelado que se trataba de Harvey Weinstein, el todopoderoso productor de Hollywood que hoy ha sido expulsado de su propia empresa y de la Academia de cine.

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Rose McGowan fue otra de las actrices de las que se contaba su historia en el artículo de 'The New York Times' que ha desvelado lo que parecía un secreto a voces en la industria de Hollwood. En el reportaje se contaba un episodio de acoso sexual a la intérprete de 'Embrujadas' en la habitación de un hotel durante el festival de Sundance, tras el que Harvey Weinstein compró su silencio. Entonces ella tenía 23 años, y cerró un acuerdo con él por el que recibió 100.000 dólares para no llevar el caso a los tribunales.

Tras saltar la historia, en la que la actriz no quiso a hacer declaraciones, McGowan se decidió a desvelar que fue violada por el productor y, además, lidera en las redes sociales la ofensiva contra el productor y quienes le han tapado todos estos años, dirigiéndose, por ejemplo, a Amazon —asegura que denunció al jefe de los estudios que Weinstein la violó— o a los actores Ben Affleck y Matt Damon, quienes deben su carrera en Hollywood a Weinstein.

Hace un año, McGowan ya dijo en las redes sociales que había sido violada por un jefe de estudio de Hollywood, un episodio que no denunció porque todo el mundo le dijo que no podía ganar el caso. “Una mujer fiscal me soltó que porque yo había rodado escenas sexuales en una película nunca podría derrotar al jefe de un estudio”, denunció.

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Tras el artículo de ‘The New York Times’, la revista ‘The New Yorker’ publicó más historias que revelan que el comportamiento de Weinstein parece seguir siempre el mismo patrón. Reuniones de trabajo en habitaciones de hotel, preferiblemente el Peninsula, en Beverly Hills, en las que el productor se insinúa insistentemente, o se presenta en albornoz o sugiere a jóvenes actrices que empizan su carrera que vayan a la cama a darse masajes mutuos.

Asia Argento, directora y actriz italiana, contó a la publicación que Weinstein tuvo sexo oral con ella de manera forzada hace dos décadas. No lo había denunciado públicamente hasta ahora, asegura, porque temía que el productor “aplastara” su carrera como había hecho “con mucha gente antes”. Con sus empresas, Weinstein acumula más de 80 Oscar.

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Tras los primeros artículos de ‘The Nee York Tmes’ y ‘The New Yorker’, Angelina Jolie mandó un correo electrónico al periódico neoyorquino en el que describe el mismo comportamiento de Weinstein: insinuaciones sexuales en una reunión de trabajo en una habitación de hotel, cuando estaba negociando su participación en la película 'Jugando con el corazón' (1998). Ella tenía 21 años.

“Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud, y como resultado elegí no trabajar nunca con él y alertar a otros de lo que hizo. Este comportamiento contra las mujeres en cualquier campo, en cualquier país, es inaceptable”, escribió la actriz, productora, directora y embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas.

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A los 22 años, Gwyneth Paltrow se hizo con el papel que iba a dar el empujón definitivo a su carrera, iba a interpretar a Jane Austen en la adaptación de ‘Emma’ (1996). Antes de que empezara el rodaje, fue convocada a una reunión en una suite del hotel Peninsulta de Beverly Hills que no empezó, ni mucho menos, como ella se podía imaginar, pues Harvey Wesintein la tocó y le sugirió ir a la habitación a hacerse un mansaje.

“Era una niña. Estaba petrificada”, ha recordado ahora sobre la situación vivida con quien años después la ayudaría a ganar el Oscar a mejor actriz por su papel en ‘Shakespeare enamorado’. Consiguió rechazar sus proposiciones, y le contó lo ocurrido a su pareja de entonces, el también actor Brad Pitt, quien se enfrentó al productor por lo ocurrido durante un estreno y le advirtió de que no se acercara de nuevo a ella. Poco después, Weinstein advirtió a Paltrow de que no se lo contara a nadie más. “Me gritó durante mucho tiempo. Fue brutal. Pensé que me iba a despedir”, ha contado la intérprete a ‘The New York Times’.

Ahora se ha decidido a contarlo para apoyar a las mujeres que han revelado su historia y ayudar a las que han padecido situaciones similares. “Estamos en un punto en el que las mujeres necesitamos mandar un mensaje claro de que esto ha terminado. Este modo de tratar a las mujeres termina ahora”.

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Cara Delevingne ya tenía un nombre en la industria de la moda cuando decidió reorientar su carrera hacia el mundo de la interpretación. Y a pesar de no ser una joven desconocida, la británica también ha denunciado que sufrió acoso sexual por parte del productor. Cara Delevingne dijo que Weinstein trató de besarla tras una reunión para discutir una película, y se sintió asqueada. "Cuando empecé a trabajar como actriz, recibí una llamada de Harvey Weinstein preguntándome si había dormido con alguna de las mujeres con las que me habían visto en los medios de comunicación. Fue una llamada muy rara e incómoda. No respondí a ninguna de estas preguntas y salí corriendo del teléfono, pero antes de colgar, me dijo que si yo era gay o decidía estar con una mujer especialmente en público nunca tendría el papel de una mujer heterosexual y no triunfaría en Hollywood", empezaba el escrito de la modelo en sus redes sociales.

“Un año o dos después, fui a una reunión con él y con un director en el lobby de un hotel. El realizador se fue y Harvey me pidió que me quedara y habláramos. Tan pronto como nos quedamos solos empezó a presumir de todas las actrices con las que se había acostado y cómo había construido sus carreras y habló de otras cosas inapropiadas de naturaleza sexual. Luego me invitó a su habitación. Rápidamente lo rechacé y le pedí a su ayudante que llamara a mi coche. Ella me dijo que no había llegada y que debería ir a su habitación. En ese momento, me sentí indefensa y asustada, pero no quería actuar de esa manera esperando estar equivocada con la situación. Cuando subí me sentí aliviada al ver a otra chica en la habitación y pensé inmediatamente que estaba a salvo. Él nos pidió que le besáramos y ella empezó a dirigirse hacia él. De repente me levanté y le pregunté si sabía que podía cantar. Y empecé a cantar…”, recordaba Delevingne su intento de convertir esa situación en una especie de 'casting'.

Tras cantar, él al fin la acompañó a la puerta de la habitación, y no se despidió sin antes tratar de besarla en los labios. “Conseguí el papel en la película, y siempre he pensado que me lo dio por lo que había pasado. Desde entonces, me siento fatal por haberla hecho”.

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“Estábamos hablando en el sofá cuando de repente saltó sobre mí e intentó besarme. Tuve que defenderme. Salí de su habitación completamente asqueada”, contó la actriz Léa Seydoux en un artículo titulado ‘Me tuve que defender. La noche que Harvey Weinstein me abordó’.

“Cuando le conocí por primera vez, no tardé mucho en saber de qué iba. Estábamos en un desfile. Él era encantador, divertido, listo, pero muy autoritario. Quería que nos tomáramos una copa e insistió en cerrar la cita para esa noche. Nunca iba a ser una salida de trabajo. Tenía otras intenciones, y yo pude verlo muy claro”, relata la actriz de ‘La vida de Adele’ en el artículo escrito en primera persona para 'The Guardian'. “A lo largo de toda la noche, flirteó conmigo y me miraba como si fuera un trozo de carne. Actuaba como si me estuviera considerando para un papel. Pero sabía que no era así. Lo sabía porque lo podía ver en sus ojos. Tenía una mirada lasciva. Estaba usando su poder para el sexo”.

Aun así, la actriz francesa asegura que subió a su habitación del hotel porque “era difícil decirle que no por todo su poder”. Y ahí es cuando mientras hablaban en el sofá se abalanzó sobre ella para tratar de besarla. “Tuve que defenderme. Él es grande y gordo, así que me tuve que resistir con fuerza”. El relato de Léa Seydoux continúa realtando las muchas veces que le ha visto tratar de seducir a otras mujeres jóvenes o le ha lanzado comentarios misóginos sobre las mujeres con las que se ha costado. También, cuenta, que le ha llegado a decir que estaría mejor si perdiera peso.

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Mira Sorvino y Rosanna Arquette son dos de las actrices que también hablaron con ‘The New Yorker’. Ambas intérprete sospechan que tras rechazar a Harvey Weinstein, así como también quejarse de él a representantes de la compañía, el productor las sacó de varios proyectos y disuadió a otros de que las contrataran.

En el artículo, Mira Sorvino relata un episodio vivido en una habitación de hotel durante el Festival de Toronto de 1995, en el que estaban promocionando la película ‘Poderosa Afrodita’, por la que ganaría el Oscar a mejor actriz. “Empezó a masajearme los hombros, lo que me hizo sentir muy incómoda, y luego intentó llegar a algo más físico, y empezó como a perseguirme”. Ella trató de decirle cosas para despistarle, como que su religión le prohibía acostarse con hombres casados; en ese momento, Harvey Weinstein estaba casado con su primera esposa, Eve Chilton. Luego, Mira Sovino logró salir de la habitación.

La intérprete también relata que poco después Harvey Weinstein quiso reunirse de nuevo con ella, y la actriz llamó a su novio para que estuviera también en la sala. El productor llegó temprano a su casa, y al decirle la actriz que les iba a acompañar su pareja “se sintió decaído y se fue”.

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Una noche de principios de los noventa, Rosanna Arquette fue al hotel Beberky Hills para cenar con Harvey Weinstein porque le tenía que dar un guion. A su llegada, le dijeron que el productor le estaba esperando en su habitación, y tras llamar a la puerta, este la abrió llevando solo un albornoz blanco, y le dijo que necesitaba un masaje en el cuello. “Luego me cogió la mano y se la puso en el cuello”, cuenta la actriz a ‘The New Yorker’. Tras apartarla, el productor le volvió a coger la mano y se la puso en su pene. “Mi corazón estaba muy acelerado. Estaba en un momento de lucha”, recuerda la intérprete de 'Buscando a Susan desesperadamente' o 'Pulp Fiction'. Y luego le dijo al productor que jamás lo haría.

La respuesta del productor fue que estaba cometiendo un grave error, y le nombró a una modelo y a una actriz con las que dijo haber mantenido relaciones sexuales y cuyas carreras estaban avanzando como resultado. “Él me complicó mucho las cosas durante años”, asegura Arquette sobre las consecuencias de su rechazo, y asegura que su silencio durante este tiempo es el resultado del poder y las ansias de venganza de Weinstein.

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En el Festival de Cannes de 2010, cuando Harvey Weinstein ya llevaba seis años casado con la diseñadora y cofundadora de Marchesa Georgina Chapman, el productor acosó sexualmente a Emma de Caunes. La actriz francesa acudió a su hotel para hablar de un posible papel en una película que iba a ser la adaptación de un libro, y Weinstein le dijo que subiera a la habitación para darle un ejemplar. A pesar de que ella llegaba tarde al programa de televisión que presentaba, accedió. Cuando estaba en la habitación, la intérprete recibió una llamada, y el productor se fue al baño, dejando la puerta abierta.

“Cuando colgué, oí la ducha. Pensé, ¿Por qué diablos se está duchando?”, relata a ‘The New Yorker'. Weinstein salió del baño desnudo con una erección, y tras preguntarle qué estaba haciendo él le pidió que se tumbara en la cama como muchas otras mujeres habían hecho antes. “Estaba petrificada. Pero no le quería mostrar que lo estaba, podía sentir que cuanto más nerviosa me ponía, más se excitaba. Era como cazar a un animal salvaje. El miedo le pone”. De Caunes, que entonces tenía unos treinta años, le dijo a Weinstein que se iba, y ella recuerda que le dijo: “¡No hemos hecho nada! Es como estar en una película de Walt Dinsey”. “Me tomó todo mi coraje, pero le miré y le dije: ‘Siempre he odiado las películas de Walt Disney. Y me fui”.

Poco después, Harvey Wesintein ya la estaba llamando para ofrecerle regalos y le repetía que no había sucedido nada en la habitación. “Sé que todos, todo el mundo, en Hollywood sabe que esto ha pasado. Él ni siquiera se esconde. El modo en el que lo hace, mucha gente está involucrada y ve lo que pasa. Pero todos tienen demasiado miedo para decir nada”.

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La actriz Jessica Barth ha contado el mismo modus operandi. La intérprete le conoció en los Globos de Oro de 2011, y podo después la invitó a una reunión de negocios en el hotel Peninsula. A su llegada, le anunciaron por teléfono que el productor la esperaba en la habitación, algo, le dijo, que hacía porque quería tener privacidad para hablar sobre su carrera. Al llegar a la habitación, vio que Weinstein, quien también ha sido acusado de abusos por la ex miss Italia Ambra Battilana Gutierrez o exempeladas de sus productoras, había pedido champagne y sushi.

“¿Qué pasaría si tomamos algo de champagne y me quito la ropa y me das un masaje?”, le preguntó a Barth. Cuando la actriz se dirigía a la puerta para irse, le gritó que debía perder peso si quería competir con Mila Kunis.

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Cuando Hervey Weinstein invitó a desayunar a Judith Godrèche durante el Festival de Cannes de 1996, en el que su película 'Ridículo' abría el festival, tenía 24 años y la actriz francesa no tenía ni idea de que era uno de los productores más poderosos de Hollywood. Tras una primera reunión de trabajo, y después de que se fuera una ejecutiva, el productor la invitó a su suite para que pudieran discutir sobre el márketing y su carrera hacia los Oscar gracias a la cinta, cuyos derechos él acababa de adquirir.

“Era muy naíf y no estaba preparada”, recuerda la intérprete a ‘The New York Times’. En la habitación le pidió que le diera un masaje, y lo siguiente que recuerda tras negarse a lo que él definió como una “costumbre estadounidense” es que la estaba abrazando con fuerza y quitando el jersey. Tras huir de la habitación, habló con la ejecutiva de Miramax, quien le dijo que no dijera nada si no quería perjudicar el lanzamiento de la película.

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“A principios de los 2000, Harvey Weinstein me llamó para que fuera a su despacho. Había un montón de guiones en su mesa. ‘Quiero ponerte en una de estas películas’, me dijo, y me ofreció escoger en cuál. Más tarde, mencionó que tenía un acuerdo con su esposa: podía tener sexo con quien quisiera cuando ella estaba fuera de la ciudad. No hubo una mención especial de que para estar en una de esas películas tenía que acostarme con él, pero el subtexto estaba ahí”. De esta manera ha relatado su encuentro la actriz Heather Graham a Variety.

“Unas semanas después, me pidieron que siguiera con la reunión en un hotel. Llamé a una amiga actriz para explicarle mi incomodidad con la situación, y se ofreció a acompañarme. Cuando me dirigía hacia allí, me dijo que no llegaba a tiempo. No queriendo estar en un hotel a solas con él, me inventé una excusa. Harvey me dijo que mi amiga ya estaba allí y que los dos estarían muy decepcionados si no aparecía. Yo sabía que estaba mintiendo, así que educadamente reiteré que no podía ir. Ese fue el final de nuestros encuentros, nunca fui contratada para una de sus películas y nunca había hablado públicamente de esa experiencia. No fue hasta que Ashley Judd compartió heroicamente su historia hace unos días que me sentí avergonzada. Si hubiese hablado hace una década, ¿habría salvado a incontables mujeres de la misma o peor experiencia?”, se pregunta la actriz de 'Austin Powers' o 'Resacón en Las VEgas' en su escrito.

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Romola Garai tenía solo 18 años cuando Harvey Weinstein le hizo un ‘casting’ en una habitación de hotel durante el que solo iba vestido con un albornoz, un encuentro que la intérprete británica ha definido como “humillante”, en el que se sintió “violada” y fue una situación “de abuso de poder”.

“Como cualquier otra mujer de la industria, he tenido una ‘audición’ con Harvey Weinstein, donde de hecho ya había hecho el ‘casting’ pero tenía que ser aprobada personalmente por él. Así que fui a su habitación del hotel Savoy [en Londres], y abrió la puerta en albornoz. Solo tenía 18 años. Me sentí violada por él, y se ha quedado grabado en mi memoria”, contó a ‘The Guardian’. “La historia es que él podía hacer eso con una mujer joven, que no tenía opción, que para mí fue humillante y que él tenía el poder. Fue un abuso de poder”, ha recordado la actriz de 35 años.

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Cuando tenía 17 años, llamaron a Kate Beckinsale para que conociera a Harvey Weinstein en el hotel Savoy de Londres. A la actriz le sorprendió tenerse que reunir en una habitaciónl, donde la recibió en albornoz. “Era increíblemente naíf y joven y ni se me pasó por la cabeza que este hombre mayor y poco atractivo esperara que quisiera tener algún interés sexual en él”. “Tras rechazar alcohol y anunciar que al día siguiente tenía colegio me fui, sin que fuera fácil pero ilesa. Unos años después me preguntó si había intentado algo conmigo en ese primer encuentro. Me di cuenta que ni siquiera podía recordar si había abusado de mí o no”.

“Tenía lo que pensaba que eran límites. Le dije que no profesionalmente muchas veces durante los siguientes años, algunas de las cuales terminaron con él gritándome, llamándome perra y haciendo amenazas”, sigue en la publicación de su cuenta de Instagram en la que contó su historia. Según la actriz, sus negativas “indudablemente dañó mi carrera y nunca fue algo en lo que me sintiera apoyada por nadie más que por mi familia”. Un mensaje con más de 83.000 ‘me gusta’ que la intérprete también aprovecha para mostrar su apoyo a las que han contado públicamente su historia. “Desde esto, podemos crear un nuevo paradigma en el que los productores, managers, ejecutivos y asistentes y todos los que en el pasado han dicho ‘bueno, es solo Harvey o X’ se den cuenta de que nosotras en número podemos hacer un cambio real”. “Harvey es un emblema de un sistema que está enfermo”, termina.

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Lysette Anthony acusa a Harvey Winstein de violación. La actriz británica afirma que fue atacada por el productor en su casa de Londres a finales de los años ochenta. La intérprete de películas como 'Krull' (1983) o 'Maridos y mujeres' (1992) y que hoy trabaja en la telenovela británica ‘Hollyoaks’ contó al periódico 'The Times' un día después de que el productor fuera expulsado de la Academia de Hollywood que ha ido a declarar ante la policía que había sido atacada sexualmente por Weinstein, a quien conoció en 1982.

Anthony decidió acudir a la policía después de intentar durante años olvidar lo que ha descrito como un “patético y repugnante” ataque. "Al final me di por vencida. Al menos conseguí que parara de besarme. Él me empujó contra el suelo, yo permanecía con los ojos cerrados, aguantando la respiración y, simplemente, dejando que siguiese adelante. Él terminó sobre mi pierna como un perro y luego se marchó. Fue patético, repugnante", ha relatado la actriz, hoy de 54 años. “Me culpo por ello, porque estaba cansada, un poco bebida y así que con la guardia baja. Él era un amigo que conocía desde hacía años”, aseguró.

Tras ese incidente, se siguió reuniendo con él para discutir sobre posibles papeles porque se sintió presionada a ello. “Los encuentros empezaban con una charla en la suite de un hotel. Los asistentes desaparecían y luego él se iba y volvía en una bata pidiendo un masaje. Por ese entonces me había rendido, sabía que era que no tenía poder y al menos no tenía que hacer mucho. Era solo un cuerpo, carne fresca. No tenía que durar mucho y nadie los abría”.

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“Es Harvey Weinstein. Nunca volveré a trabajar, a nadie le va a importar y nadie me va a creer”, este es el motivo por el que Katherine Kendall (a la derecha de la imagen) no habló sobre su encuentro con Harvey Weinstein. La actriz, que había tenido algunos papeles en televisión, asegura que el productor la persiguió desnudo por toda su casa, donde accedió a acompañarle una noche de 1993, cuando tenía 23 años, porque le dijo que tenía que recoger una cosa después de que salieran de ver una película.

“Literalmente me persiguió. No me dejaba pasar hacia la puerta”, contó a ‘The New York Times’. Tras pedirle si le dejaba marcharse, Weinstein le pidió que al menos le enseñara los pechos. “Simplemente pensé: ‘No puedo creer que me estés haciendo esto. Estoy muy ofendida, simplemente hemos tenido una reunión”, le ha relatado al periódico neoyorquino. Tres años después, participó en la película ‘Swingers’ (1996), distribuida, aunque no producida, por Miramax.

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