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Porteadora, oficio de alto riesgo

Las mujeres que transportan mercancías a un lado y otro de la frontera entre Ceuta y Melilla con Marruecos viven situaciones de riesgo por las malas condiciones laborales. La muerte de dos en una avalancha en Ceuta pone de relieve esta realidad

Un hombre ayuda a levantarse a una mujer marroquí en Beni Ansar después de que est a cayera al suelo debido a la pesada carga que transporta a sus espaldas.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
La policía española controla el paso de porteadoras marroquíes mientras estas hacen cola en Beni Ansar. Pueden pasar con este tipo de mercancías sin pagar aranceles porque son considerados equipaje de mano.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
Una mujer descansa con su fardo a la espalda en Beni Ansar. Según la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), miles de mujeres cruzan diariamente para buscar la manera de ganar unos dirham. Las porteadoras se dirigen a naves industriales donde reciben los bultos cargados de mercancías.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
En este trabajo que realizan miles de mujeres porteadoras a diario sufren agresiones y arbitrariedades de todo tipo: acoso y abuso sexual, vejaciones e insultos, maltratos físicos y psicológicos, confiscaciones de la carga, exigencia del pago de sobornos, rechazo a sellar el pasaporte e incluso avalanchas como la que les ha costado la vida a las dos mujeres fallecidas el 28 de agosto en Ceuita o a Busrha y Zhora, muertas en 2009.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
La inexistencia de una aduana comercial no permite el tránsito regular de mercancías, excepto el equipaje de mano sin limitación de peso. Todo lo que puedan cargar sobre su cuerpo y no supere los 90 kilos, es válido: mantas, alimentación, tecnología, material médico, vestimenta etc, indica APHDA.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
Las mercancías que transportan, libres de aranceles e impuestos, e incluso de controles sanitarios, cruzan todo Marruecos y llegan, incluso, al África subsahariana. Supone, en algunos casos, la invasión de productos contaminantes para el medio ambiente por un lado y por otro lado, fuera de todo control sanitario con la consiguiente peligrosidad para la población autóctona.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
Las condiciones de este trasiego de mercancías tolerado, atípico o ilegal, son verdaderamente infrahumanas, a juicio de la APDHA. Al enorme peso que transportan para conseguir una mayor remuneración en torno a los cinco euros por porte, se suman la inhumanidad física de los pasos fronterizos en sí, la frecuente violencia policial, el tener que efectuar pagos de soborno a la policía, los acosos sexuales o el requisamiento de la mercancía de forma arbitraria.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
En su mayoría, las porteadoras son mujeres solteras, viudas, repudiadas o divorciadas aunque también las hay casadas. Todas ellas, con una importante necesidad de conseguir ingresos económicos.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
Su objetivo diario es pasar el mayor número de veces posible, aunque solo lo consiguen de dos a tres veces; no hay tiempo para más porque la frontera se cierra al paso de mercancías sobre la una.YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
Este trasiego alegal de mercancías reporta unos 1.400 millones de euros y supone casi un tercio de la economía de ambas ciudades autónomas, indica la APDHA. De esta actividad viven directamente 45.000 personas en Marruecos y otras 400.000 indirectamente, según la Cámara de Comercio Americana de Casablanca. Además, supone una importante cantidad de ingresos a través del soborno (unos 90 millones de euros anuales, según el Semanario Independiente marroquí Al-Ayam).YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)