Muchas gracias, Luis Fonsi

Al verme avanzar así no pude evitar cantar mentalmente: “Pasito a pasito, suave, suavecito”

Luis Fonsi, en el concierto en el Palacio Real el pasado 30 de julio.Santi Burgos

Querido Luis Fonsi:

Déjame que te cuente dos breves historias. La otra noche tuve una pesadilla en la que atropellaba deliberadamente con un carrito de golf a Neymar Jr. y a tres o cuatro Toiss. Fue perturbador porque mientras los arrollaba no paraban de sonreír y de hacerse selfies. Sentí una punzada de dolor, real no onírica, y me desperté comprobando que tenía una lumbalgia nada chévere. Apenas podía moverme, pero decidí poner rumbo a un myolastan que guardo reserva del 2002 (muy buena añada)...

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Querido Luis Fonsi:

Déjame que te cuente dos breves historias. La otra noche tuve una pesadilla en la que atropellaba deliberadamente con un carrito de golf a Neymar Jr. y a tres o cuatro Toiss. Fue perturbador porque mientras los arrollaba no paraban de sonreír y de hacerse selfies. Sentí una punzada de dolor, real no onírica, y me desperté comprobando que tenía una lumbalgia nada chévere. Apenas podía moverme, pero decidí poner rumbo a un myolastan que guardo reserva del 2002 (muy buena añada).

Mientras me arrastraba por el pasillo apoyándome en las paredes pasé por delante de un espejo de cuerpo entero que tengo y uso a menudo porque soy un vanidoso. Lo que me devolvió, en esta ocasión, el reflejo fue algo parecido a la niña Medeiros, más cascuda y nívea si cabe, pero con iguales andares trapisondos. Al verme avanzar así no pude evitar cantar mentalmente: “Pasito a pasito, suave, suavecito”.

Al día siguiente, acudí al médico y me hizo distintas pruebas, entre ellas un análisis de sangre y un tacto rectal (esto último de regalo, por ser el paciente un millón). No te lo vas a creer pero cuando el doctor estaba, tras ponerse el guante de látex con el gel y toda la pesca, tocando el timbre canté entre dientes: “Ya, ya me está gustando más de lo normal...”. ¡Qué apuro! Yo creo que lo escuchó porque terminó la maniobra súbitamente, oyéndose en la consulta un ruido parecido al descorche de una botella de champán. Pero espérate que hay más. Al advertirme el licenciado, con los resultados de mi analítica en la mano, que los leucocitos los tenía bajos, no pude evitar responderle: “Leucocitos, Leucocitos, Leucocitos baby”.

En fin Luis Fonsi, no te quiero entretener más que seguro que tendrás muchas cosas que hacer: cortarle las mangas a todas las camisetas, hacer rimas con diminutivos… Que te quería decir: gracias, GRACIAS POR DESPACITO.

Posdata: no te precipites en componer la siguiente canción.

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