Columna

Verás

No te apures si abres el libro con desgana, incluso si te tienta abandonar su lectura: él se ocupará de rescatarte

“No hay grandes razones para vivir, solo pequeñas razones”. Este es el resumen final de un libro curioso: Los pájaros, el arte y la vida(Ariel). Su autora, Kyo Maclear, relata en él un año de su existencia dedicado a la observación de las aves. Naturalmente, durante ese año ocurren otras cosas (los padres se hacen mayores, por ejemplo, los hijos crecen). Pero los pájaros nuclean el día a día de la autora, partidaria, como confiesa en las primeras páginas, de la “ansiedad preventiva”. Si eres de esas personas que espera lo peor, este libro está escrito para ti, pues constituye una treg...

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“No hay grandes razones para vivir, solo pequeñas razones”. Este es el resumen final de un libro curioso: Los pájaros, el arte y la vida(Ariel). Su autora, Kyo Maclear, relata en él un año de su existencia dedicado a la observación de las aves. Naturalmente, durante ese año ocurren otras cosas (los padres se hacen mayores, por ejemplo, los hijos crecen). Pero los pájaros nuclean el día a día de la autora, partidaria, como confiesa en las primeras páginas, de la “ansiedad preventiva”. Si eres de esas personas que espera lo peor, este libro está escrito para ti, pues constituye una tregua en la dura lucha contra la catástrofe que está por venir y que a veces no llega. También es para ti si te conmueve una frase como esta: “Vivía en un estado de antropomorfismo imperdonable. Antropoarrepentida, he aquí como me sentía”.

No te apures si abres el libro con desgana, incluso si te tienta abandonar su lectura: él se ocupará de rescatarte. Lo hizo conmigo cuando, a punto de cerrarlo, me regaló esta cita de Pete Seeger: “Creo que el mundo van a salvarlo millones de gestos pequeños. Hay demasiadas cosas que pueden torcerse cuando se vuelven grandes”. El experto en pájaros que acompaña durante un año a Kyo Maclear es en realidad un músico que lo que busca es un pájaro “accidental”. Se da este nombre a las aves que se han perdido y que aparecen fuera de lugar o de época. Si alguna vez te has sentido como un individuo “accidental”, también para ti ha sido escrito este libro que cuenta cómo muchas de las aves migratorias, cuando consiguen llegar a su destino, se encuentran en él con rascacielos contra cuyos cristales chocan y perecen. Quizá también sea tu caso. En fin, no sé, entra en una librería, échale una ojeada y verás.

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