Willy Wonka es excéntrico, alocado y adorable. Johnny Depp (dirigido por Tim Burton) optó por interpretarle como a un señor disfrazado que se pone en la puerta de un colegio a repartir chucherías con una sonrisa que enseña muchos más dientes de los que nos gustaría ver. Wonka es un ser mágico, que mutó en criatura inquietante por culpa la decisión de Depp de despojarle de todo el cinismo, la autoconsciencia o la mala leche con los que Roald Dahl escribió en la novela original. Así que lo que quedó fue un perturbador millonario que se toma muchas molestias para organizar un concurso que le permita tener niños durmiendo en su casa. Esta será la fantasía de alguien, pero desde luego no la de los espectadores infantiles. Sin embargo, arrasó en taquilla, porque en aquella época cualquier cosa con Johnny Depp atraía a la gente al cine en masa.En un Hollywood que apenas apuesta por personajes indios, contratar a Johnny Depp para darle la réplica nativo-americana-cómica a Armie Hammer fue considerado una ofensa y una falta de respeto. El actor se defendió asegurando que "supone" que tiene antepasados cherokees, "probablemente por el lado de mi abuela". Y se quedó tan ancho. La película perdió 200 millones de euros, y los críticos se ensañaron con ella, describiéndola como una extravagancia ruidosa, excesivamente larga y anodina. La carrera de Depp se hundía a toda velocidad, y su truco de interpretar a Jack Sparrow en todas sus películas dejó de resultar rentable. Por eso aceptó reducir su salario: de 20 millones a 10 millones. Qué generoso.Uf. Desde el momento en el que la propia Angelina Jolie reconoció que sólo aceptó el papel porque le pagaban diez millones y el rodaje en Venecia le permitía pasar los fines de semana en su castillo de Francia, uno se pregunta por qué se debería prestar atención a una película a la que ni siquiera sus protagonistas tienen el menor aprecio. Ni Jolie ni Depp quieren estar ahí. Su incómoda falta de química surge de la mayor insolencia que puede perpetrar una estrella a la que le han pagado más dinero del que se merece: ni siquiera intentan tener química. El presentador de los Globos de Oro, Ricky Gervais, insinuó que las tres nominaciones de la película habían sido compradas, pero que él no había visto 'The Tourist'. "Al fin y al cabo", concluyó, "¿quién la ha visto?". En ese momento, Depp mutó de estrella absoluta a chiste colectivo. Y ahí sigue.Cordon
"No hay nada peor que una película que se ríe de sí misma mientras los espectadores están en silencio", dijo un crítico. Otro señaló: "El tipo de comedia espantosa más extraño de todos: ese en el que hasta los personajes parecen odiar la película". Las críticas detestaron 'Mortdecai', el público directamente la ignoró. Ladrones de arte, mujeres antipáticas, chistes malos... 'Mortdecai' es como un 'remake' de las películas de Pajares y Esteso, pero al menos ellos se lo pasaban bien rodándolas. Aquí los actores están tan incómodos que parecen tener ganas de mirar a cámara y decir: "Lo siento". Fue un desastre comercial, el cuarto consecutivo para Depp. Tan estrepitoso que el actor puso en marcha inmediatamente la quinta parte de 'Piratas del Caribe'.Cordon
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