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Al rescate de los vinos de Borgoña

Una meteorología inusual ha ocasionado grandes pérdidas en las cosechas de la región de Borgoña en los últimos años

El frío que ha afectado Francia provocó que los viticultores de Borgoña temieran lo peor, dado el efecto devastador de las heladas. En la imagen, los viñedos son regados para protegerlos del hielo.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
La región de Borgoña ha sido cubierta con braseros que calientan partículas de yoduro de plata en una cámara de combustión para poder evitar los daños de las heladas.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
Un viticultor enciende braseros en un viñedo afectado por las heladas.PHILIPPE DESMAZES (AFP)
Este año los viñedos de Chablis también se encuentran bajo amenaza. Durante 2016 la cosecha fue devastada por lluvias y heladas en una época inusual. En la imagen, viñedos cubiertos de hielo.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
'Estamos cerca de perder el 50% de la cosecha' declara un viticultor. En la imagen, un trabajador enciende un brasero para proteger la vides de las heladas, a primeras horas de la mañana.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
"Instalamos calentadores en algunas de nuestras parcelas, pero cuando bajamos de -5 ° C, son ineficaces", declaran los trabajadores. En la imagen, detalle de los viñedos cubiertos de agua congelada.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
Un grupo de trabajadores encienden los braseros a primeras horas de la mañana.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
Thiébault Huber del sindicato vinícola de Volnay: 'Desde 2001 ha sido terrible. Cuando graniza, el 90 o incluso el 100% de la cosecha se pierde. Es cada vez más frecuente'. En la imagen, viñedos son regados para evitar daños.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
Hasta 15.000 hectáreas en la región ya han sido protegidas con los calentadores, tras una importante destrucción después de las tormentas en 2014. En la imagen, un trabajador enciende los braseros.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)
Vista general de los viñedos con los braseros encendidos para evitar los daños de las heladas, a las afueras de Chablis, Francia.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)