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Las 20 zapatillas más icónicas de la historia

No es una prenda de vestir es cultura de nuestro tiempo. Hemos seleccionado las más históricas

Cómo son. Nike creó en 1984 estas zapatillas altas de baloncesto para la todopoderosa estrella de la NBA Michael Jordan. Son pleno espíritu ochenteno: altas, futuristas, con cortes limpios y cámara de aire. Las Air Jordan 6 Retro cuestan 190€. Por qué son icónicas. Porque son todo un símbolo de una época en la que ni siquiera las estrellas de la NBA tenían permiso para vestirse como querían. Cuando Jordan se puso por primera vez estas zapatillas –las originales eran rojas y negras, muy agresivas– la organización le multó por ir en contra del reglamento. La multa se convirtió en el anuncio más célebre de la época y ayudó a afianzar la leyenda del jugador de baloncesto más famoso de todos los tiempos. De paso, se convirtieron en un indicativo de orgullo racial entre la comunidad afroamericana.
Cómo son. Toshikazu Kayano las diseñó en 1993 pensando en los corredores profesionales de la época, y ya por entonces era pura tecnología. Esqueleto de tiras laterales, gel en el talón, calcetín de neopreno… Esta es la versión Knit, elaborada en punto monocolor. 140€. Por qué son icónicas. Porque representan los orígenes de la firma japonesa, comprometida desde sus inicios con la tecnología al servicio del deporte. En su momento fue un gesto vanguardista y sus responsables han sabido conservar sus líneas principales hasta nuestros días. Una leyenda reinterpretada.
Cómo son. Zapatillas de baloncesto creadas en 1982. Su nombre procede del avión presidencial de EE UU, Air Force One. Cuentan con tecnología de amortiguación Nike Air y con numerosas variaciones. 100€. Por qué son icónicas. Porque la NBA, además de ser un fenómeno social, fue todo un vehículo de difusión para que las zapatillas de baloncesto se convirtieran en el calzado predilecto de tribus urbanas y culturas callejeras. La 'sneaker cultura' alcanzó su cima con este modelo.
Cómo son. Creadas en una fecha tan remota como 1916 (tienen ya más de un siglo) para jugar al baloncesto, hoy son un icono del calzado con licencia para transitar con libertad del deporte a la moda y viceversa. Botas con empeine de lona y puntera y suela de goma en contraste. Unos 85€. Por qué son icónicas. Porque son las zapatillas más reconocibles de la historia. Porque llevan décadas poblando escuelas primarias, institutos, estudios de diseño, pies de rockeros y calles de ciudades de todo el mundo.
Cómo son. Creadas en 1987, son todo lo que se puede esperar de una zapatilla deportiva: voluminosas, futuristas, complejas, llamativas y absolutamente cómodas. Desde 140€ Por qué son icónicas. Porque fueron las primeras en mostrar el sistema de amortiguación por cámaras de aire ideado por Nike. Evocan la era dorada de las 'sneakers' de finales de los ochenta y, desde hace años, se pueden llevar indistintamente con casi cualquier tipo de prenda. El próximo 26 de marzo cumplen 30 años y ya cuentan con un día propio, el Air Max Day.
Cómo son. Futuristas, fluidas, casi digital. Una de las obras maestras que Romain Kremer ha firmando durante su etapa como director creativo de Camper, y la zapatilla más 'millennial' del mundo. Estas forman parte de la colección de esta temporada y cuestan 160€. Por qué son icónicas. Por su estética radical, a medio camino entre los pies de gato que usan los escaladores y el 'glamour' jurásico. Porque dentro de unos años las recordaremos como un hito, y porque no se parecen a nada que hayamos visto antes. La vanguardia es esto.
Cómo son. Un clásico del 'running' creado por esta firma francesa en 1981. Suela de goma con aspecto envejecido, malla y piezas de ante. A partir de 85€, aunque esta versión, Quartz Premium BBR, incorpora toques tricolor y cuesta 100€. Por qué son icónicas. Francia también tiene su cuota de mérito en el ámbito del calzado deportivo, y estas zapatillas representan sus principales virtudes. Son sencillas, de forma algo desconcertante, sofisticadas y nada ostentosas. 'Vintage' bien hecho.
Cómo son. Creadas en 1988, combinan ante y malla sintética. Este modelo, el 574 Vintage, cuesta 90€. Por qué son icónicas. Enormemente cómodas, son las zapatillas de varias generaciones de adolescentes desde principios de los noventa. Han creado a su alrededor todo un movimiento de personalización y modificación. ¿Recuerdas aquella costumbre de pintar las zapatillas con rotulador cuando estabas en el instituto? Seguro que utilizabas un modelo muy parecido a este.
Cómo son. Posiblemente la zapatilla menos complicada de Adidas, y también una de las que mejor ha envejecido. De ante, con suela plana de goma y tres tiras laterales de cuero. Formuladas por primera vez en 1991, se venden a partir de 99,95€. Por qué son icónicas. Porque, al igual que pasó con las Converse All Star, las Gazelle no evocan ambiciosas metas deportivas ni atletismo al límite, sino simple y llanamente relajación y comodidad. Perfectas para llevar con vaqueros, con pantalones deportivos o con casi cualquier cosa, admiten tantos colores como invente la imaginación. Menos es más.
Cómo son. Desde 1972, las zapatillas de entrenamiento más famosas de Estados Unidos. Creadas por Bill Bowerman, el legendario fundador de Nike. Ligeras, impermeables y amortiguadas. La gama empieza en 85€. Estas, las Cortez Premium, cuestan 110€. Por qué son icónicas. Porque ya estaban allí antes de que llegaran las Air Max, las Air Force 1 y las Air Jordan. Porque son menos agresivas que sus sucesoras, pero han aguantado perfectamente el paso del tiempo. Constituyen una declaración de intenciones irrefutable sin pizca de ostentación.
Cómo son. Diseñadas en 1968 para tratar de conquistar al público norteamericano, son un clásico del calzado deportivo japonés pensado para correr (de ahí su suela de 24 mm). En su promoción participó el entrenador de atletas Bill Bowerman, que ayudó a convertirlas en el calzado predilecto para correr por Central Park. 85€. Por qué son míticas. Porque podemos decir que con ellas nació el 'running'. Y porque su auge corrió paralelo al de otra innovación tecnológica: el 'walkman' de Sony. De ahí en adelante, salir a correr nunca volvió a ser como antes.
Cómo son. El modelo más emblemático de Reebok es una zapatilla atlética y robusta elaborada en piel, con costuras entrecruzadas y suela ligera y contundente. Este es el diseño clásico de 1983, en blanco, y vale 89,95€. Por qué son icónicas. La zapatilla más célebre de Reebok no podía faltar en esta lista. Fue la respuesta masculina a las Reebok Freestyle que llevaba Jane Fonda en aquellos años para hacer aerobic en la tele, y se concibió como una zapatilla de 'running' con un elevado sentido del estilo. Hoy sigue impecable.
Cómo son. Sin cordones, con empeine de lona estampada, suela de goma apta para adherirse al monopatín y un sinfín de estampados entre los que domina, por derecho propio, el ajedrezado 'skater'. El modelo checkerboard cuesta 65€. Por qué son icónicas. Porque las llevaba Sean Penn en 'Aquel excitante curso' (1982). Porque la firma de zapatillas de 'skate' por excelencia, Vans, fundada en 1966, irrumpió en los ochenta exportando el estilo californiano por medio mundo. Y porque, aunque de vez en cuando nos saturemos de verlas por todas partes, siempre acaban volviendo.
Cómo son. El modelo más famoso de Puma es también uno de los más versionados desde su creación, en 1972. Una zapatilla de baloncesto abiertamente 'vintage' y el clásico más emblemático de la marca. Entre 50 y 70€. Por qué son icónicas. Porque siempre vale la pena recordar al hombre que les cedió su apellido. Walt Clyde Frazier, jugador de baloncesto negro, fue todo un dandi que llevaba sombreros tiroleses, carteras de cocodrilo, trajes extravagantes y zapatillas de deporte como estas.
Cómo son. Grandes, casi exageradas, con suela plana y un logo enorme en el tacón. No son discretas, pero son muchas otras cosas. El modelo básico (este, por ejemplo) cuesta 84,95€. Por qué son icónicas. Porque el 'skate' y la cultura urbana de los noventa también tuvieron sus propios iconos. Las Etnies fueron la contrapartida técnica a las Vans y hoy tienen, además, la ventaja del factor sorpresa. No verás a mucha gente con ellas, pero es un motivo más para ponérselas.
Cómo son. Evocan las zapatillas de fútbol de los años cincuenta, cuando se creó esta zapatilla. Uno de los diseños más abiertamente 'vintage' de Adidas. Finas, flexibles, bajas, con suela color caramelo y un refuerzo de piel en torno a la puntera. Este modelo, Samba Original, cuesta 99,95€. Por qué son icónicas. Porque es una de las zapatillas más populares del siglo XX, recuperada por tribus urbanas, por los adolescentes obreros de la Inglaterra thatcherista y por más de un famoso de nuestros días. Un superventas casi siete décadas después de su lanzamiento.
Cómo son. Vale, este no es un diseño histórico, pero sí una especie de soberbia mezcla que Le Coq Sportif ha elaborado a partir de sus modelos más icónicos de los años noventa. Fabricada en piel nobuk y malla, su suela es la misma que tenían en la época las zapatillas de la casa francesa. 100€. Por qué son icónicas. Porque muestran que también la relectura de los clásicos puede arrojar resultados interesantes. La elección del monocromo es pura vanguardia, así como el logotipo gofrado. Una zapatilla que evoca muchas otras que ya se han perdido.
Cómo es. Una zapatilla de tenis clásica, con empeine de lona y suela de goma y caucho, que está en el mismo germen de su género. Creada en 1925, ha llegado hasta nuestros días sin más modificaciones de las estrictamente necesarias. Este modelo (disponible en todos los colores que se le ocurran) cuesta 60€. Por qué son icónicas. Porque es casi centenaria. Porque representa los ideales de las zapatillas deportivas (ligereza, simplicidad) en la prehistoria del calzado técnico. Y porque es tan básica (y tan perfecta) que ha atravesado todo el siglo XX sin perder ni pizca de vigencia.
Cómo son. Se crearon en 1971 para el tenista Stan Smith, cuyo rostro bigotudo sigue presidiendo la lengüeta. En un principio eran zapatillas de tenis, pero ahora que la técnica ha avanzado se consideran un estupendo diseño para el día a día. En su formulación inicial, en blanco con detalles en verde, las tres bandas laterales de la marca han sido sustituidas por hileras perforadas. 94,95€. Por qué son icónicas. Porque son las zapatillas blancas de tenis por excelencia, y porque se han mantenido imperturbables desde hace décadas. Cuesta algo de trabajo mantenerlas blancas, pero vale la pena. Hay personas que no han llevado otra cosa durante toda su vida.