Europa necesaria y social

En palabras de Donald Tusk, Europa se enfrenta “a tres amenazas distintas y sin precedentes”, una exterior (y cuádruple: China, Rusia, terrorismo y Trump), y dos internas: la falta de liderazgo por parte de las élites y el ascenso del sentimiento antieuropeísta entre los administrados. Este último problema es el más significativo y el de más amplio recorrido político. La UE todavía no se ha planteado el bienestar europeo como objetivo a conseguir políticamente. La Comisión y el Parlamento no han presentado ni siquiera como proyecto a medio plazo el dotarse de un sistema unificado para la prote...

En palabras de Donald Tusk, Europa se enfrenta “a tres amenazas distintas y sin precedentes”, una exterior (y cuádruple: China, Rusia, terrorismo y Trump), y dos internas: la falta de liderazgo por parte de las élites y el ascenso del sentimiento antieuropeísta entre los administrados. Este último problema es el más significativo y el de más amplio recorrido político. La UE todavía no se ha planteado el bienestar europeo como objetivo a conseguir políticamente. La Comisión y el Parlamento no han presentado ni siquiera como proyecto a medio plazo el dotarse de un sistema unificado para la protección social solidaria en toda Europa. Eso necesitaría previamente implantar un sistema fiscal común, renunciando a la soberanía recaudatoria nacional. Hasta ahora la UE ha promovido la sustitución de la política por la economía, vendiéndonos a los ciudadanos la inevitabilidad de estos recortes sociales. Europa, si quiere ser ilusionante, debería articular nuevas formas de representatividad para que las decisiones se tomen colectivamente. Todas las decisiones, las económicas también.— Luis Fernando Crespo Zorita. Alcalá de Henares (Madrid).