Editorial

May se va por las ramas

El Libro Blanco para la salida de Reino Unido de la Unión Europea es un retórico ejercicio de propaganda

Theresa May, primera ministra del Reino UnidoREUTERS

La presentación esta semana por parte del Gobierno británico del Libro Blanco para la salida de Reino Unido de la Unión Europea no es más que un retórico y vacío ejercicio de propaganda en el que Theresa May no aclara las cuestiones más urgentes e importantes sobre un proceso del que depende el bienestar de millones de personas.

La primera ministra británica puede recurrir si quiere —como hace en el texto presentado— a un rimbombante lenguaje de aires churchilianos en el que dibuja a Reino Unido como una gran potencia abierta y global, pero eso no la exime de su obligación de capitanear...

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La presentación esta semana por parte del Gobierno británico del Libro Blanco para la salida de Reino Unido de la Unión Europea no es más que un retórico y vacío ejercicio de propaganda en el que Theresa May no aclara las cuestiones más urgentes e importantes sobre un proceso del que depende el bienestar de millones de personas.

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La primera ministra británica puede recurrir si quiere —como hace en el texto presentado— a un rimbombante lenguaje de aires churchilianos en el que dibuja a Reino Unido como una gran potencia abierta y global, pero eso no la exime de su obligación de capitanear de manera precisa un proceso sobre el que un importante sector de la población de su país presenta dudas más que razonables.

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Hay dos aspectos fundamentales que Londres debe aclarar cuanto antes. El primero hace referencia a los intercambios comerciales y las inversiones cruzadas entre la UE y Reino Unido, cruciales para ambas partes (España en particular), que deben quedar a salvo de las turbulencias políticas derivadas del proceso de separación. Por fortuna, la UE tiene aquí la sartén por el mango: por mucho que May haya corrido a Washington a buscar el apoyo de Trump, los vientos que soplan de EE UU son proteccionistas.

La segunda gran cuestión hace referencia al estatus en el que quedarán los aproximadamente 2.800.000 ciudadanos de la Unión Europea que de manera legal viven en Reino Unido y que de ninguna manera pueden ver mermados sus derechos. Y lo mismo cabe decir para el cerca de millón de residentes británicos en la UE. En este sentido, además, es preciso que las autoridades británicas atajen de raíz cualquier brote xenófobo contra ciudadanos de la UE como los acaecidos en las jornadas posteriores al referéndum del Brexit. El Libro Blanco ha sido una gran decepción. Los ciudadanos europeos y británicos siguen esperando respuestas.

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