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Las 5 peores películas de Nicolas Cage

Una lista que cuesta hacer, porque el actor ha encadenado en los últimos años muy malas decisiones

Nicolas Cage metido en una película que es una excusa para desatar efectos visuales que caducaron cuando la película aún estaba en cartel. 'El aprendiz de brujo' resulta un exuberante ejemplo del peor Hollywood: cinco guionistas, mitos reciclados (en el prólogo aparece el mago Merlín, por qué no), adolescente guaperas supuestamente gracioso, escenas completamente azules o completamente naranjas (un contraste de colores oficialmente atractivo según los psicólogos) y un error de cásting garrafal. Nicolas Cage se toma su personaje demasiado en serio, quizá por su sueldo de 11 millones. Luce una melena infame, repite el nombre de su aprendiz en cada frase (Dave) y se pone un gorro dos tallas mayor de lo que debería. Y todo sin un ápice de ironía; excepto cuando, para camuflarse, se convierte en un policía con bigote exactamente igual al que interpretó en World Trade Center. Meta-Cage. El cine implosionó sobre sí mismo.
A medio camino entre 'Tesis' y 'Seven', este 'thriller' de misterio se recrea tanto en el sadismo de los asesinatos reales grabados que se olvida de resultar... misterioso. Nicolas Cage busca justicia con ayuda de Joaquin Phoenix, quien interpreta a un tatuadísimo vendedor de vídeos caseros con el pelo azul y con uno de esos nombres que sencillamente sólo existen en las películas: Max California. El principal problema de 'Asesinato en 8 mm' es que, obsesionada con sus efectismos, no consigue ser más que la película que te imaginas cuando lees su sinopsis. No hay giros, no hay tensión, ni siquiera hay mega-actuación por parte de Cage. Muy flácido tiene que ser un 'thriller' sobre las 'snuff movies' para que nadie se acuerde de él.
La pasión que Cage siente hacia los cómics le llevó a llamar a su hijo Kal-El, el nombre original de Superman, y a protagonizar la adaptación de 'El motorista fantasma'. Ambas son decisiones cuestionables. Ambas le perseguirán toda la vida. Su determinación por interpretar al héroe maldito como si estuviera en una comedia, su espiral de violencia gratuita y el pacto con el demonio (interpretado por un Peter Fonda con ganas de pagar la hipoteca) casi consiguen dar la vuelta del ridículo, repostar en la vergüenza ajena y conducir hacia el horizonte del placer culpable. Pero se queda a medio camino, y no satisface ni a los lectores puristas del cómic ni a los espectadores con demasiado tiempo libre.
La bancarrota perseguía a Nicolas Cage, pero él decidió correr más rápido. Aunque fuera en la dirección equivocada. Lleva 10 años encadenando películas mamporreras dignas del peor videoclub, con argumentos inexistentes, persecuciones que nunca mantienen el plano fijo más de dos segundos y, sí, pelucas mal colocadas. 'Desterrado', 'Escándalo en el poder', 'Desaparecidos sin rastro', 'Contrarreloj', 'Furia ciega' o 'Bajo amenaza' suenan a títulos inventados, pero existen. Y todas están protagonizadas por Cage. 'Peligro en Bangkok' resulta la más decepcionante. Sin embargo, al actor le gustó tanto que no se conformó con disfrutarla en su salón decorado con calaveras (esto es real), sino que produjo su propio 'remake'. Una mala decisión. Una de tantas.