Bombardear hospitales

Esto hasta hace poco no lo podía creer nadie, pero es tan cierto como la vida misma. Ejércitos y grupos armados no respetan nada, no tienen compasión. Niños, ancianos, mujeres y hombres enfermos son masacrados dentro de los hospitales. Médicos Sin Fronteras sigue actuando y salvando vidas, médicos y enfermeros se mantienen en sus puestos a pesar de todo. Algunos han muerto por ayudar a estas personas indefensas. Mientras, a los organismos internacionales, con sus máximos representantes a la cabeza, no se les cae la cara de vergüenza. ¿Hasta cuándo van a permitir estas cosas? Siempre ha habido ...

Esto hasta hace poco no lo podía creer nadie, pero es tan cierto como la vida misma. Ejércitos y grupos armados no respetan nada, no tienen compasión. Niños, ancianos, mujeres y hombres enfermos son masacrados dentro de los hospitales. Médicos Sin Fronteras sigue actuando y salvando vidas, médicos y enfermeros se mantienen en sus puestos a pesar de todo. Algunos han muerto por ayudar a estas personas indefensas. Mientras, a los organismos internacionales, con sus máximos representantes a la cabeza, no se les cae la cara de vergüenza. ¿Hasta cuándo van a permitir estas cosas? Siempre ha habido guerras, pero los hospitales, según los convenios internacionales, eran lugares seguros. Parece que nos han inmunizado ante tanta barbarie. No debemos callarnos frente a estas aberraciones. Quienes tienen poder de convocatoria —intelectuales, artistas, deportistas y medios de comunicación— deben manifestar su opinión para que tomemos conciencia de lo que está ocurriendo. Quizá si esta carta se hiciera viral podríamos ayudar entre todos.— José Antonio Cabeza Cabeza. Barbate (Cádiz).