El circo oculto

Cada vez hay más vídeos que se suben a las redes con el único objetivo de convertirse en virales. Muchos de ellos los protagonizan animales. Uno de los grupos que más cameos realiza, aun sin querer ser los protagonistas de estas historias, es el de nuestros queridos canes. Se embute al animal en un disfraz hecho a medida, y se le obliga a estar el tiempo que haga falta en la misma posición hasta que el dueño está satisfecho con el resultado. Se les ridiculiza y se les estresa. Incluso hay vídeos donde los dueños fuerzan las extremidades de sus mascotas para hacer gestos que harían los...

Cada vez hay más vídeos que se suben a las redes con el único objetivo de convertirse en virales. Muchos de ellos los protagonizan animales. Uno de los grupos que más cameos realiza, aun sin querer ser los protagonistas de estas historias, es el de nuestros queridos canes. Se embute al animal en un disfraz hecho a medida, y se le obliga a estar el tiempo que haga falta en la misma posición hasta que el dueño está satisfecho con el resultado. Se les ridiculiza y se les estresa. Incluso hay vídeos donde los dueños fuerzan las extremidades de sus mascotas para hacer gestos que harían los humanos para que resulten todavía más “graciosos”. Se les expone de manera vergonzosa a un público que no conocen, por unos cuantos likes, unas descargas o para que figuren como virales en las preciadas redes sociales. Reflexionemos. ¿Todo vale? Creo que no. Pero me sorprende enormemente los pocos comentarios reprochando este tipo de acciones. Parece que no avanzamos, volvemos poco a poco hacia tiempos pasados, de prohibir a los animales en los circos a crear el nuevo “circo oculto”.— Andrea Martín Jordán. Barcelona.