Cartas al director

Jugando con el alcohol

El pasado fin de semana fui a tomar algo con mi pareja y unos amigos. De camino al pub, nos encontramos varios grupos de jóvenes bebiendo en la calle. Eran las doce y los chicos parecían ir muy contentos. Lo que más me llamó la atención no era que bebiesen en la calle, donde está prohibido, ni la cantidad de botellas vacías que dejaban. Lo que más me llamó la atención es que ninguno de ellos parecía superar los 15 años. Esto me hizo plantearme varias preguntas. La primera de ellas: ¿cómo consiguen comprar el alcohol? La segunda: ¿qué harán después de beber? La tercera: ¿qué creen los padres qu...

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El pasado fin de semana fui a tomar algo con mi pareja y unos amigos. De camino al pub, nos encontramos varios grupos de jóvenes bebiendo en la calle. Eran las doce y los chicos parecían ir muy contentos. Lo que más me llamó la atención no era que bebiesen en la calle, donde está prohibido, ni la cantidad de botellas vacías que dejaban. Lo que más me llamó la atención es que ninguno de ellos parecía superar los 15 años. Esto me hizo plantearme varias preguntas. La primera de ellas: ¿cómo consiguen comprar el alcohol? La segunda: ¿qué harán después de beber? La tercera: ¿qué creen los padres que están haciendo sus hijos? Y la última y quizá la más inquietante: ¿qué podemos hacer nosotros para ayudar? Esa noche, al volver a casa, no podía dejar de preguntarme qué podemos hacer como sociedad para concienciar de una vez por todas a los más jóvenes sobre lo peligroso que es jugar con el alcohol. Porque sí, es un problema que nos afecta a todos. No se puede esperar nada bueno de una sociedad en la que alcohol y menores van cogidos de la mano.— Janina Vernet Macanas. Mataró (Barcelona).

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