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La vida del Che en su álbum familiar

Juan Martín, el hermano menor del revolucionario, revisita su infancia, familia y el mito

Celia de la Serna con sus hijos, de vacaciones en Mar del Plata. En el agua, de izquierda a derecha, están Roberto Celia, Ernesto y Ana María. El Che y sus hermanos se llevaron bien siempre. Roberto y él siempre mantuvieron una constante complicidad. Con sus amigos dieron primeras muestras de revoltosos en Alta Gracia, saboteando a la compañía eléctrica de la ciudad. Celia y Ana María, según Juan, adoraban a Ernesto. Cuando el Che empezó a estudiar a Marx, la hermana mayor lo imitó. La muerte de su hermano la destruyó: “De todos nosotros”, asegura Juan, “es la que más le costó aceptarlo”..Archivo familia Guevara
Primera casa (llamada La Calesita) en Misiones, donde Ernesto dio sus primeros pasos. La vida de los Guevara fue eminentemente nómada. Los primeros años, las estancias en Caraguatai fueron numerosas porque allí habían comprado una importante plantación de yerba mate, gracias en gran medida a la herencia que acababa de recibir Celia. Cuando Ernesto iba a nacer, decidieron trasladarse a Buenos Aires para que el parto se encontrara mejor atendido. Pero la distancia era de 1.800 kilómetros entre ambos puntos y en medio del viaje, se adelantó. Pararon en Rosario y allí nació el Che en el hospital Centenario. Jon Lee Anderson tiene otra teoría: sostiene que nació un mes antes y que se encontraban allí para ocultar el embarazo a sus familias en Buenos Aires. De hecho, contrajeron matrimonio cuando ella ya estaba embarazada.Archivo familia Guevara
Ernesto con su hermano Juan en brazos, bajo la atenta mirada de su madre. El parecido entre Celia y su hijo mayor asombra. Siempre la consideró un gran referente moral, no así a su padre. La relación entre Juan y el Che fue de gran cercanía. El pequeño de la familia comienza su libro contando que tardó 47 años en acercarse a la Quebrada del Yuro, en La Higuera (Bolivia), donde lo mataron. Su relación la define como de admiración hacia el mayor de la familia pero también de compañero en fatigas revolucionarias. Juan pasó 8 años en la cárcel durante la dictadura militar argentina y se queja de que su propio país no ha reivindicado la herencia de su hermano como merecía. Una de las intenciones del libro, dice, está en marcar la argentinidad del Che.Archivo familia Guevara
Fidel Castro visita a la familia Guevara en Buenos Aires. El líder cubano, rodeado de miembros de la familia Guevara, con Juan, el pequeño, al lado, en 1960. Un año antes, habían visitado Cuba y en ese viaje se produjeron discusiones entre Ernesto y su padre, que intentó aprovechar la oportunidad para hacer negocios en la isla. Los vínculos del Che con la revolución cubana y la consagración de este como referente revolucionario repercutió en la tranquilidad de la familia. Se sucedían noticias falsas sobre su muerte que iban siendo desmentidas a cada paso. Llegaron a sufrir amenazas reiteradas de muerte e incluso intentos de atentado. Bombas en la puerta incluidas, como la que una vez descubrió la empleada que tenían en casa, Sabina Portugal. Tal como Juan recuerda, cortó la mecha con unas tijeras. Era TNT y los culpables nunca fueron descubiertos.Archivo familia Guevara

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