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Las 5 peores películas de Tom Cruise

En una carrera tan larga, surgen tropezones, malas épocas y la siempre incómoda sombra del desastre. Y por esa experiencia también ha pasado Cruise

Si algo caracteriza la saga de 'Misión imposible' es que su falta de personalidad y continuidad ha acabado funcionado a su favor. Ethan Hunt es un personaje vacío, sin carácter o conflicto, es una excusa para que Tom Cruise haga cosas. Así que su universo puede resetearse sin problemas en cada entrega. En esta, dirigida por John Woo, se vio atrapado en una extravagancia hortera que ya estaba pasada de moda cuando se estrenó. 'Matrix' era el futuro y 'Misión imposible' intentó hacerse la moderna con (muchísima) cámara lenta, hipertrofia digital, desafíos a la gravedad y palomas en un sótano. Lo bueno del abuso de la cámara lenta es que podemos ver que Tom Cruise hace siempre sus escenas de acción, sin dobles, para darle al público la autenticidad que por otra parte nadie le pide ya al cine de acción. Un gesto loable, aunque la mezcla de fallas y Semana Santa de Sevilla nos dejó bien claro qué lugar ocupa España en la lista de prioridades de Hollywood. Anthony Hopkins ni se debe de acordar de que salía.
'Noche y día' es una apuesta por un tipo de cine caducado. La comedia de acción, mera excusa para que las estrellas se comporten como estrellas. Una de esas películas que acaban costando un dineral, pero no se ve en pantalla porque se lo han llevado sus protagonistas. Dirigida por James Mangold, no es mala, es intrascendente, y los espectadores la olvidaron en cuanto salieron de la sala. Cameron Diaz hace de Cameron Diaz, y Tom Cruise demuestra que es... él. Seguro que ellos se lo pasaron fenomenal, pero eso no justifica la existencia de la película. Cruise volvió a España para corretear por los San Fermines de ¡¿Sevilla?!, dejando claro que durante los dos años en los que fue novio de Penélope Cruz hablaron de muchas cosas, pero las festividades locales españolas no estuvieron entre ellas. Quizá podría rodar una comedia de acción ambientada en la feria de Alcobendas.
La única razón que explica que Cruise aceptase interpretar al mayor bufón del peor circo de la década es que su agente es su hermana. Quizá de pequeños escuchaban a Def Leppard y otros grupos del 'hair metal' de los 80, y sintieron nostalgia hacia los tatuajes de serpientes y los chalecos de cuero sin nada debajo. El problema es que Tom Cruise no tiene sentido del humor. No sabe reírse con naturalidad, ni es suficientemente autoconsciente de su imagen como para ridiculizarla. Venía de triunfar con 'Misión imposible: protocolo fantasma' y 'Tropic thunder' (donde sí logró parodiarse, porque el chiste no iba sobre él, sino sobre el productor Scott Rudin), pero 'Rock of ages' (dirigida por Adam Shankman) le devolvió de una patada a la vitrina de broma sin gracia de la que mucha gente no quiere que salga.
Entre los múltiples talentos de Tom Cruise, cabe añadir el de conseguir que echásemos de menos a Eduardo Noriega. El 'remake' de 'Abre los ojos' (dirigido por Cameron Crowe) funciona como tutorial de "cómo Hollywood tritura películas-puré para que los americanos no se atraganten", porque básicamente te la explican entera al final. Allí no hay lugar para el misterio, los cabos sueltos o la confusión. En definitiva, Hollywood trata a sus espectadores como si no supieran caminar y mascar chicle a la vez. La película en sí no es tan mala como se dijo en su momento, pero empezó a propagarse cierta tendencia a divertirse derribando a Cruise. Parecía que él, junto a su estirpe de estrellas, habían idiotizado el cine americano. Una percepción contra lo que a día de hoy sigue luchando, aunque tenga que colgarse del edificio más alto del mundo para ello.