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Vivir tan alto como la niebla

En Yemen, existen poblados de montaña en lugares remotos, donde los residentes se encuentran a una distancia suficiente de los conflictos que sufre el país. Viven en una realidad que apenas ha cambiado en cientos de años

Los habitantes del distrito de Jafariya, al oeste de la provincia de Raymah, transportan sus bienes básicos cuesta arriba a pie, en burro o incluso mediante un teleférico que funciona a propulsión, mediante una polea. En la imagen, un hombre por las montañas de Dhalamlam.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
La mayor parte de la población de Yemen vive en el campo, desiertos, montañas y montes. Ese aislamiento ha acostumbrado a los aldeanos a la vida rural, e incluso la arquitectura se ha diseñado específicamente para la adversidad. En la imagen, vista de las casas de Jafariya, en las montañas.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
Una joven posa en el tejado de su casa en la montaña de Dhalamlam, en Jafariya.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
“A pesar de la dificultad de la vida, seguimos viviendo aquí como nuestros padres y ancestros. Trabajamos el grano de café como ellos lo hicieron y hemos crecido acostumbrados a esta vida con toda su crueldad y dificultades.” comenta Mohammad Yahya Haidar, de 65 años. En la imagen, hombres trabajando en una granja de las montañas Dhalamlam.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
La agricultura sigue siendo el pilar de la mayoría de los habitantes y la zona es conocida por la apicultura y su miel, que se vende por todo el país. En la imagen, habitantes de Jafariya compran en el mercado.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
Un hombre y un niño pasean a lo largo de un camino de la montaña Dhalamlam.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
“Me duele la espalda. Ojalá hubiese otra opción para desplazarnos, porque el ascensor no es seguro y nos podemos caer.” Lamenta Majid Abdullah al-Ayashi, de 14 años, que regularmente atraviesa los 1.200 metros de distancia dentro de la caja de metal oxidado junto con productos que luego traslada cuesta arriba a su poblado de la montaña de Dhalamlam. En la imagen, un teleférico transporta suministros hacia la montaña de Dhalamlam.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
Una mujer comprando en el mercado de Jafariya.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
Acostumbrados a vivir sin electricidad o agua corriente, no han sufrido el impacto de la guerra civil del país. En la imagen, un profesor explica la lección a sus alumnos en una escuela de Jafariya.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
Niños dentro de un barreño donde sus madres lavan la ropa, en las montañas de Dhalamlam, en Jafariya.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)
Muchos de los edificios de piedra han resistido a los elementos naturales por cientos de años. La lejanía de los pueblos se convierte en un problema para que los residentes puedan recibir atención médica. Las mujeres embarazadas que sufren complicaciones y los pacientes inmovilizados sobreviven a largos viajes en camillas improvisadas y durante más de ocho horas. En la imagen, dos niños sentados en el tejado de su casa de las montañas, en Jafariya.ABDULJABBAR ZEYAD (REUTERS)