17 fotos

Tomar las aguas en Budapest

La capital de Hungría debe su popularidad como destino turístico en parte a sus famosos balnearios que han atraído a miles de visitantes desde la época romana

Bañistas nadan en una de las piscinas del Balneario Lukacs. Estos baños disponen de cinco piscinas termales con temperaturas entre los 22º C y 40º C.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Una mujer se relaja en una de las piscinas del Balneario Lukacs de la capital húngara. Estos baños se especializan en tratar problemas de articulaciones, deformación vertebral, desplazamiento del disco intervertebral, deficiencias de calcio en los huesos, neuralgia, artritis crónica y tratamientos de recuperación de lesiones.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Vista de una de las piscinas del Balneario Lukacs. Está situado cerca de la Isla Margarita, a pocos minutos caminando desde el Puente Margaret, en la zona turca del siglo XVI y cerca de lugares de especial interés como la Cueva Szemlohegyi.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Una mujer se relaja en un baño turco en el Balneario Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
El Balneario Lukacs es cada vez más conocido tanto por locales como por turistas por sus fiestas los sábados por la noche, que incluyen espectáculos con videoproyecciones y música electrónica.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Un socorrista camina entre dos piscinas en el Balneario Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Una mujer disfruta de un masaje en el Balneario Lukacs, cuya historia se remonta al siglo XII, cuando era usado por los caballeros de St John’s. Más tarde lo usaron soldados y dignatarios turcos en el siglo XVI. En 1880, el espacio fue completamente remodelado como un hotel 'spa' y centro de bienestar. En 1979, se convirtió en un "hospital de agua" especializado en tratar enfermedades locomotoras y se prescribe como fisioterapéutico. A finales del siglo XX los baños fueron totalmente modernizados.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Bañistas realizando ejercicios de 'aqua fitness' en una de las piscinas exteriores del Balenario Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Toallas y trajes de baño en las consignas del Balneario Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Una mujer en una de las piscinas del Balneario Lukacs. Hay baños efervescentes, en hielo y sal. Además disponen de baños privados y otros servicios como manicura y pedicura, solarium, saunas, tratamientos con barro, masajes, fisioterapia y ejercicios isométricos.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Bañistas se relajan en el interior del Balneario Lukacs. Sus paredes están repletas de placas mármol antiguas de agradecimiento por la cura.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Detalle de una de las paredes de los Baños Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Mariann Eva, gerente del Balneario Lukacs, camina por uno de los pasillos.BERNADETT SZABO (REUTERS)
La fuente termal de los Baños Lukacs es rica en calcio, magnesio, fluoruro, hidrógeno-carbonato, sulfato, sodio y cloruro. Por lo tanto, es indicada para tratamientos curativos.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Un bañista se relaja en el interior de los Baños Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Una mujer se peina frente al espejo después de disfrutar del Balneario Lukacs.BERNADETT SZABO (REUTERS)
Un trabajador limpia una de las piscinas del Balneario Lukacs. Abren de lunes a domingo de seis de la mañana a diez de la noche.BERNADETT SZABO (REUTERS)