Cartas al director

Diez días de marzo

Comenzamos el viernes anterior a la Semana Santa con los posibles desplazamientos de vehículos por nuestras carreteras, con las previsiones meteorológicas y el estado de las estaciones de esquí, y desde hace un tiempo, también con el estado de las playas.

Los españoles disfrutamos en estas fechas de un merecido descanso. Eso sí, mientras unos disfrutan sus vacaciones, muchos que no pueden acceder al mercado de trabajo en estas fechas son contratados doblando jornadas que no tienen fin. Pasados estos días vuelven a la incesante búsqueda de empleo y a esperar hasta el verano.

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Comenzamos el viernes anterior a la Semana Santa con los posibles desplazamientos de vehículos por nuestras carreteras, con las previsiones meteorológicas y el estado de las estaciones de esquí, y desde hace un tiempo, también con el estado de las playas.

Los españoles disfrutamos en estas fechas de un merecido descanso. Eso sí, mientras unos disfrutan sus vacaciones, muchos que no pueden acceder al mercado de trabajo en estas fechas son contratados doblando jornadas que no tienen fin. Pasados estos días vuelven a la incesante búsqueda de empleo y a esperar hasta el verano.

Aunque nos neguemos a reconocerlo, hemos instaurado en nuestra sociedad, permítanme, una especie de “servidumbre”, unos ciudadanos con trabajos temporales precarios, sin apenas derechos, mientras, otros con contratos indefinidos, trienios, vacaciones..., es decir, “trabajadores a dos velocidades”.— José Solano Martínez. 

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