REPORTAJE

El extraño caso del Salford, un equipo aficionado con dueños multimillonarios

Cinco exfutbolistas (y Peter Lim) de la exitosa generación del 92 del Manchester han comprado un club ‘amateur’. Qué propósito buscan

En 2014 Paul Scholes, retirado año y medio antes, jugó con sus compañeros un amistoso contra el Salford. Luego se negó a volver a calzarse las botas.Getty

“¿Por dónde empezamos?”, se pregunta Gary Neville, actual entrenador del Valencia, en una de las escenas más reveladoras del documental de la BBC Class of 92: Out of their league. “¿Arreglamos la instalación eléctrica del cuarto de baño o fichamos a un delantero centro?”. Se estaba acabando el verano de 2014 y Neville y sus socios visitaban por primera vez las instalaciones del club de fútbol amateur de la periferia de Manchester que acababan de comprar, el Salford C...

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“¿Por dónde empezamos?”, se pregunta Gary Neville, actual entrenador del Valencia, en una de las escenas más reveladoras del documental de la BBC Class of 92: Out of their league. “¿Arreglamos la instalación eléctrica del cuarto de baño o fichamos a un delantero centro?”. Se estaba acabando el verano de 2014 y Neville y sus socios visitaban por primera vez las instalaciones del club de fútbol amateur de la periferia de Manchester que acababan de comprar, el Salford City, por entonces en la octava categoría del fútbol inglés. Gary, su hermano Phil y sus excompañeros Ryan Giggs, Paul Scholes y Nicky Butt (integrantes todos ellos de la célebre promoción de canteranos del 92 del Manchester United) se encontraron un club en el que todo estaba por hacer, sin más estructura que un grupo de 20 voluntarios, familiares de los jugadores en su mayoría, que se hacía cargo de la gestión cotidiana. Las exestrellas del Manchester habían comprado el club por cuestiones sentimentales, ya que la mayoría de ellos se han criado jugando en las calles de Salford, una ciudad de 200.000 habitantes del área metropolitana de Manchester. Sin embargo, no aprendió a jugar al fútbol allí Peter Lim, el multimillonario de Singapur, actual dueño del Valencia y que también ha puesto dinero para reflotar al modestísimo Salford City. Pero por qué.

Llegó el primer amistoso de pretemporada y el entrenador, Phil Power, ni siquiera se sentó en el banquillo: estaba de vacaciones en Ibiza. Phil Neville se hizo cargo del equipo. Ganaron por 2 a 1 a los suplentes del Bury F.C. Jugaron en su propio estadio, Moor Lane. Vacío. Ante el desolador panorama, Gary Neville llegó a plantearle a su compañero Paul Scholes, retirado año y medio antes, que jugase un par de partidos con el Salford para llamar la atención de la prensa. “No es una buena idea, Gary, estoy gordo como una foca. No voy a jugar”, fue la respuesta de Scholes.

El jardinero del Salford da los últimos retoques al césped del estadio del Moor Lane antes de que su equipo elimine de la FA Cup al Notts County.Zuma

Catorce meses más tarde, el Salford tiene unos cuartos de baño perfectamente iluminados y ha cubierto ya las etapas iniciales del plan de negocio que debería llevarlo a la élite. La pasada temporada logró su primer ascenso y en esta ocupa la cuarta posición en la Northern Premier League, el equivalente a la Segunda Regional Española. Su primer gran éxito mediático llegó el 5 de noviembre, cuando eliminó en la FA Cup al Notts County, de la League Two, tres categorías por encima. El primer gol en aquella victoria por 2 a 0, retransmitida en directo por Sky Sports, fue obra de Justin Hulme, delantero fichado por 5.000 libras (6.500 euros).

En un artículo para el Daily Telegraph, Gary Neville valora el éxito incipiente del equipo con una saludable dosis de autocrítica. Tras reconocer que en los primeros meses cometieron varios errores atribuibles a la inexperiencia y el exceso de entusiasmo (“cesamos al entrenador, cambiamos los colores del equipo, ofrecimos a nuestros jugadores sueldos desproporcionados, prescindimos de parte de los voluntarios”), asegura haber comprendido que “el Salford no puede pertenecer nunca a la clase del 92. Pertenece a su gente, y ser propietario no es más que un privilegio del que estamos decididos a no abusar”. Tras explicar que el origen de la operación Salford fue una charla entre Ryan Giggs (actual segundo entrenador del Manchester United) y él durante un trayecto en tren, Neville asegura que su proyecto consiste en que el club crezca “paso a paso”, de manera orgánica y desde la sensatez, pero sin renunciar al ambicioso objetivo a medio plazo que se propusieron cuando Peter Lim, magnate de Singapur y dueño del Valencia, decidió entrar en la operación: llevar al club a la Premier.

“El precedente más cercano que se me ocurre es el del TSG Hoffenheim, que en el año 2000 estaba en la quinta categoría del fútbol alemán y ocho años más tarde ascendía a la Bundesliga”, nos cuenta Xavier Rodríguez Marzo, jefe del área de fútbol del diario Sport. “Sin embargo, lo que se propone el Salford City es aún más ambicioso, porque partía de mucho más abajo y aspira a llegar en una década a la liga más profesionalizada y competitiva del mundo”. ¿Le parece factible? “Tal vez. Ya me he acostumbrado a la idea de que en el fútbol casi todo es cuestión de dinero. Además, los implicados en este caso son gente de fútbol, que entiende perfectamente ese orgullo tan inglés de apoyar a un club local, modesto pero con raíces sólidas”.

Tras cometer errores como cesar al entrenador o prescindir de los voluntarios, comprendimos que el Salford no pertenece a la clase del 92, sino a su gente. Ser propietario es un privilegio del que estamos decididos a no abusar,  dice Gary Neville

“Supongo que sería necesaria una inversión de unos 50 millones de euros”, precisa Guillem Balagué, comentarista deportivo de Sky Sports, cuando se le pregunta cuánto dinero puede hacer falta para que el Salford complete su círculo virtuoso y empiece a competir contra Chelsea, Arsenal o incluso Watford, club que pareció durante un rato un mero capricho de su comprador, Elton John, y que este año ha vuelto a la Premier League.

Balagué es el director de fútbol de otro club amateur con ambiciones, el Biggleswade United, de la novena división, y tiene una estrecha relación con los hermanos Neville. “Sin embargo”, continúa el periodista, “dudo que Peter Lim esté dispuesto a destinar tanto dinero a un proyecto con tan pocas garantías de éxito”. Para Luis Martín, redactor de deportes de EL PAÍS, “el problema es que el fútbol sigue su propia lógica, bastante distinta a la del mundo de los negocios. Como me dijo Ferran Soriano [ex directivo del F.C. Barcelona y actual director ejecutivo del Manchester City], ningún plan a 10 años vista puede prever si la pelota acabará entrando en la portería o no en un partido decisivo. El jeque de turno vendrá a fin de año a decirte: ‘¿Dónde están los títulos que me prometían en el plan de negocio?’. Y te tocará responder: ‘Pues, mire, estuvimos cerca, pero el balón fue al palo”.

Elton John es un precursor en lo de invertir en clubes de fútbol. En los setenta fue presidente del Watford, de la tercer división inglesa. Hoy el equipo está en la Premier.Getty

Puestos a hacer pronósticos, Guillem Balagué ve muy factible que el Salford consiga al menos dos o tres ascensos más y llegue en unos años a competir en una categoría profesional. Sin embargo, también considera que puede ser un obstáculo en su evolución que los copropietarios de la clase del 92 estén ahora más alejados del día a día del equipo que hace un año: “Los Neville están en Valencia y tienen intención de hacer carrera en la Liga española. Ryan Giggs será pronto entrenador del Manchester United y es probable que Nicky Butt se convierta en su ayudante. En cuanto a Paul Scholes, que nació en Salford y es quien más está dando estos días la cara por el equipo, acaba de decir en una entrevista con la BBC que no sabe bien cómo demonios acabó convertido en propietario de un club, así que es evidente que sus intereses también van por otro lado”.

Acabe como acabe la experiencia, Xavier Rodríguez opina que el caso del Salford abre una interesante tercera vía en lo que a irrupción de clubes modestos en las grandes ligas se refiere: “Hasta ahora teníamos dos modelos. Uno era el del paracaidista, un jeque o un empresario excéntrico tipo Dmitry Piterman que se compra un club extranjero como inversión, como operación de marketing o por capricho. Es lo que ha ocurrido con el PSG, el Chelsea, el Málaga y tantos otros. Y el segundo, el de los empresarios locales que invierten dinero en el club de su ciudad, como ha ocurrido con el Villarreal o con Ángel Torres en el Getafe. Lo novedoso en la operación Salford es que esta vez parece haber un perfecto equilibrio entre razones sentimentales y económicas”.

Para Balagué, irrumpir con fuerza en la élite tal vez resulte más fácil en ligas de países en crisis, como Portugal, Italia o incluso España. En el caso italiano, la llegada a la máxima categoría de clubes modestos y con poca tradición como el Carpi, el Sassuolo 1909 o el Frosinone sería un buen ejemplo. “En España, me parecen interesantes casos como el del Eibar, que se ha colado en la élite gracias a una gestión humilde y sensata, o el del Llagostera, que con una inversión importante pero no exagerada ha saltado en pocos años de Regional a Segunda División e incluso tuvo opciones la temporada pasada de entrar en la promoción de ascenso a Primera”. Algo similar ha ocurrido en la Premier con el ya consolidado Wigan Athletic, que consiguió cuatro ascensos en diez años entre 1995 y 2005 y el año pasado jugó en la Europa League, o el Bournemouth, recién ascendido a la Premier y equipo revelación en la actual temporada. “En última instancia, me temo que el éxito de este proyecto dependerá más de Lim que de Gary Neville y compañía”, comenta Balagué. “De cualquier modo, si se logran los objetivos, superarían incluso los más llamativos precedentes”.

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