Columna

El regreso

Un cuarto de siglo después, David Lynch vuelve a dirigir ‘Twin Peaks’ y promete que todo será igual, incluidos Angelo Badalamenti, el agente Cooper y Laura Palmer

Sobre una pared, en una esquina que no está lejos de donde vivo, hay una pintada que dice “Je suis Laura Palmer”. Cada vez que la veo recuerdo quién era yo en los noventa, cuando empezaba a ser periodista. Trabajaba en una Redacción en la que había un solo teléfono y dos máquinas de escribir, vivía en un departamento pequeño con un balcón enorme, en mi heladera guardaba apenas un limón y una lata de sardinas, y llevaba siempre en mi bolso lo necesario para pasar una noche fuera de casa. En aquellos días —en los que todo era incierto y brioso y malditamente triste y hermosamente precar...

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Sobre una pared, en una esquina que no está lejos de donde vivo, hay una pintada que dice “Je suis Laura Palmer”. Cada vez que la veo recuerdo quién era yo en los noventa, cuando empezaba a ser periodista. Trabajaba en una Redacción en la que había un solo teléfono y dos máquinas de escribir, vivía en un departamento pequeño con un balcón enorme, en mi heladera guardaba apenas un limón y una lata de sardinas, y llevaba siempre en mi bolso lo necesario para pasar una noche fuera de casa. En aquellos días —en los que todo era incierto y brioso y malditamente triste y hermosamente precario y salvajemente confuso—, con el ansia sagrada de quien va a comulgar, volvía corriendo del trabajo, encendía mi televisor y esperaba los acordes de Angelo Badalamenti con los que empezaba Twin Peaks, la serie de David Lynch en la que el detective Cooper investigaba la muerte de Laura Palmer y que, más que una serie, era un órgano humano expuesto y latente, repugnante y hermoso, que yo consumía como una yonqui, dejándome irradiar por la belleza catastrófica y el pánico perpetuo de la canción de hielo y miedo que David Lynch tenía preparada para mí. En aquellos años en los que todo estaba por hacerse, y en los que nada parecía posible (¿vivir de la escritura: cómo?), el distorsionado milagro de su genialidad me hacía sentir valiente. Un cuarto de siglo después, David Lynch vuelve a dirigir Twin Peaksy promete que todo será igual, incluidos Angelo Badalamenti, el agente Cooper y Laura Palmer, y yo quiero, con toda mi fuerza, que no sea igual: quiero que sea mejor. Porque ahora necesito más. Necesito que David Lynch me lleve de regreso a aquel sitio aterrador en el que todo estaba por hacerse, en el que nada parecía posible, y me haga sentir, una vez más, valiente. Ya ven: le pido todo. Con nuestros héroes somos crueles.

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