Cartas al director

El techo de cristal

El 23 de octubre la enfermería española veía como todas las esperanzas puestas en la aprobación del real decreto de prescripción enfermera se convertía en la peor de sus pesadillas. Todo lo que se esperaba desde hace más de nueve años quedó en agua de borrajas. Se dará la situación absurda de que una enfermera no pueda indicar (nos han prohibido la palabra recetar, prescribir, eso queda para los galenos) medicamentos no sujetos a prescripción médica; es decir, aquellos que cualquier persona puede comprar sin receta en la farmacia, sin pasar por un curso acreditativo de 120 horas.

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El 23 de octubre la enfermería española veía como todas las esperanzas puestas en la aprobación del real decreto de prescripción enfermera se convertía en la peor de sus pesadillas. Todo lo que se esperaba desde hace más de nueve años quedó en agua de borrajas. Se dará la situación absurda de que una enfermera no pueda indicar (nos han prohibido la palabra recetar, prescribir, eso queda para los galenos) medicamentos no sujetos a prescripción médica; es decir, aquellos que cualquier persona puede comprar sin receta en la farmacia, sin pasar por un curso acreditativo de 120 horas.

Es una humillación para nuestra profesión que se tomen estas decisiones sin conocer la realidad de nuestra práctica diaria. Las enfermeras somos profesionales altamente cualificados. Estamos cansados de tanto techo de cristal. La enfermería ha llegado ya al límite.— Lina Jódar Fernández. 

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