Cartas al director

El llanto sirio

Todos hemos visto en los telediarios la impactante imagen de miles de refugiados sirios varados en las fronteras balcánicas, apelando a la humanidad de los países europeos en busca de una oportunidad. Estas personas se encuentran bajo condiciones verdaderamente adversas: padres, madres, ancianos y niños, pies sin rumbo hundidos en el barro, expuestos al hambre y al frío, con la incertidumbre del no saber cuánto tiempo más podrán soportarlo, todo ello “favorecido” por el clima y los países que cierran sus fronteras y establecen un flujo limitado, desviando el río humano a rutas alternativas. ¿R...

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Todos hemos visto en los telediarios la impactante imagen de miles de refugiados sirios varados en las fronteras balcánicas, apelando a la humanidad de los países europeos en busca de una oportunidad. Estas personas se encuentran bajo condiciones verdaderamente adversas: padres, madres, ancianos y niños, pies sin rumbo hundidos en el barro, expuestos al hambre y al frío, con la incertidumbre del no saber cuánto tiempo más podrán soportarlo, todo ello “favorecido” por el clima y los países que cierran sus fronteras y establecen un flujo limitado, desviando el río humano a rutas alternativas. ¿Realmente somos capaces de ignorar esta situación sin apenas esfuerzo? ¿Acaso con conmovernos al ver las noticias es suficiente? Me pregunto si acabará en el olvido, como la todavía precaria situación de los haitianos tras el terremoto de 2010.— Andrea González Muñoz.

 

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