La ‘feliz’ política
La OCDE publica de forma bienal el estudio How´s life —¿Cómo va la vida?— en el que trata de identificar las claves para ser feliz. Su informe de 2015 relaciona el bienestar y la calidad de vida en diferentes países con 11 ítems: ingresos, empleo y salario, vivienda, salud, equilibrio vida-trabajo, educación, relaciones sociales positivas, compromiso cívico, calidad del medio ambiente, seguridad personal y bienestar subjetivo. En aras de la transparencia conocemos datos de nuestros políticos que podrían valernos para testar su estado de felicidad. La mayor parte de ellos declaran unos...
La OCDE publica de forma bienal el estudio How´s life —¿Cómo va la vida?— en el que trata de identificar las claves para ser feliz. Su informe de 2015 relaciona el bienestar y la calidad de vida en diferentes países con 11 ítems: ingresos, empleo y salario, vivienda, salud, equilibrio vida-trabajo, educación, relaciones sociales positivas, compromiso cívico, calidad del medio ambiente, seguridad personal y bienestar subjetivo. En aras de la transparencia conocemos datos de nuestros políticos que podrían valernos para testar su estado de felicidad. La mayor parte de ellos declaran unos escuetos patrimonios, perciben salarios inferiores a los de otros cargos del sector privado, viajan perpetuamente y viven de alquiler de lunes a viernes, su horario de trabajo es excesivo, sus relaciones sociales y medio ambiente están mediatizados por cuestiones ideológicas y su compromiso cívico y sentido de comunidad en ocasiones es discutible. A la vista de lo anterior cabría decir que nuestros representantes públicos, en un importante porcentaje, caerían del lado de la infelicidad. Ya lo intuíamos. Pero entonces, ¿por qué razón hay cola para ser político?— Luis Alberto Rodríguez Arroyo.