¿Tecnologías mundanas para ciudades inteligentes?
'La tecnología no es nunca neutral; y siempre es políticamente construida' (R. Williams, 1983)
La ciudad es hoy ya, miremos donde miremos, un ensamblaje dinámico de tecnologías que nos permite: 1) vivir en ella, 2) con ciertas configuraciones con arreglo a niveles de densidad demográfica, 3) a través de unos entornos construidos artificialmente.
No obstante, parece ser que casi toda la gente ve ahora en la ciudad, coches inteligentes que se auto-conducen y si no los ven, se lo imaginan. Si no hablarán de Big Data, sensores y modelización de sistemas, sin aparentemente conocer las tuberías de la economía política urbana que gobiernan los citados artefactos y que afectan a los ciudadanos. Parecería entonces que la ciudad ya no es inteligente por sí misma. Necesitando, aparentemente, ingentes cantidades de 'inteligencia empaquetada', comprada en supermercados de apps- al por mayor. Luego entonces, parecería que algo falla, que algo nos falta. Entre tanto artilugio y aparataje, de mi-casa/mi-coche/mi-tarjeta-de-crédito, como nos recuerda el gran artista rumano Dan Perjovschi. Y, en todo este aparataje, tal lo que ocurre es que nos hemos olvidado de nosotros mismos. Hemos dejado atrás la ciudad invisible de Italo Calvino y el hecho de perdernos en ella como nos sugería el gran Walter Benjamin. Nos fiamos más de lo que nos rodea, incurriendo en un gran error: estar adoptando una versión reduccionista de lo que se entiende por 'tecnología'.
Figura 1 'My House, My Car, My Credit Card, Me' por Dan Perjovschi.(CC)