3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Una oportunidad desde el primer año de vida

Por Sandra Astete, especialista en políticas de infancia y desarrollo de UNICEF Comité Español.

Foto: UNICEF.

El mundo se enfrenta a un reto global: alcanzar el desarrollo para todas las personas, y hacerlo de forma sostenible. 2015 es un año clave para poner fin a la pobreza y al hambre, luchar contra las desigualdades y garantizar la protección del planeta. Para ello, creemos firmemente que la protección de los derechos de todos los niños, especialmente de los más vulnerables, debe ocupar un lugar central de la agenda política nacional e internacional. Tenemos ante nosotros una ocasión única para transformar la vida de millones de personas.

Faltan menos de 100 días para la adopción de la nueva Agenda Universal de Desarrollo Sostenible Post-2015,que marcará el rumbo de líderes y gobiernos acerca del desarrollo humano y la preservación del planeta. Antes, el calendario marca una fecha clave: la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebra en Addis Abeba (Etiopía) entre el 13 y el 16 de julio.

En la Cumbre de Addis hay muchas cosas en juego. De los acuerdos que se alcancen depende el logro de los objetivos y, en definitiva, el futuro de todas las personas, incluidos los niños y los jóvenes del mundo, bajo la consigna de no dejar a nadie atrás. Para hacer realidad la Agenda es preciso que los dirigentes políticos expresen un compromiso concreto con la financiación de los objetivos. No podemos dejar escapar la oportunidad de lograr una transformación auténtica.

Invertir en infancia: una estrategia clave para lograr el desarrollo sostenible

Nuestra voluntad es clara. Desde UNICEF abogamos por situar a la infancia en un lugar prioritario, tanto en los acuerdos de financiación para el desarrollo como en la Agenda Post-2015. La inversión en los niños ahoraes absolutamente fundamental para el desarrollo sostenible de las generaciones futuras. Es justo, rentable y beneficia a todos.

Los niños son un bien social, y por tanto un asunto de todos. Una apuesta política y social por ellos es posible y necesaria. Además representa una opción económica inteligente que produce grandes beneficios, sobre todo cuando se lleva a cabo en el momento preciso de desarrollo de los niños y cuando se prioriza la infancia más vulnerable. Ese momento es ahora.

Invertir en infancia no reporta más que beneficios a la sociedad. Los datos y ejemplos concretos lo demuestran:

· Reducir hoy en un 5% la mortalidad infantil de hijos de madres con bajos niveles educativos se traduce en un incremento del 8% de PIB per cápita dentro de 10 años.

·Incrementar en un 41% la matriculación preescolar en el África Subsahariana trae un retorno de inversión de 30€ por cada euro invertido.

La inversión en infancia no debe ser percibida como un “gasto”, sino como una herramienta fundamental de bienestar y de garantía de los derechos de los niños. Así, la inversión en la prevención de la desnutrición en los primeros años de la infancia permite incrementar al menos en un 48% las tasas salariales. Sin embargo, los beneficios no se quedan ahí. ¿Qué significa invertir en nutrición? Invertir en nutrición se traduce en una importante mejora del rendimiento escolar, que redunda en una acusada reducción de la tasa de fracaso. ¿Y qué se logra? Permite garantizar que las sociedades aprovechen al máximo el potencial de los niños y los jóvenes, promoviendo el desarrollo y el bienestar en los países.

Tenemos una convicción: la desigualdad es evitable con voluntad política, y todos los niños merecen una oportunidad justa desde los primeros años de vida. Para que el desarrollo sea sostenible la única solución pasa por garantizar que sea equitativo, y ello puede traducirse en una gran diferencia para la vida de millones de niños. Y es ahí, justamente ahí, donde los gobiernos deben centrar sus esfuerzos. No nos podemos permitir echar la vista a un lado. Apostemos, desde la responsabilidad, por alcanzar esa inversión más equitativa en la infancia, por mejorar su calidad de vida y por luchar por los niños más pobres y vulnerables.

Implicaciones de la agenda post 2015 en España

Subrayamos el carácter universal de la Agenda. Por primera vez se contará con un programa de acción que establecerá responsabilidades para todos los gobiernos, reforzando un enfoque universal de derechos humanos que trasciende la tradicional división entre políticas nacionales e internacionales.

Esta alianza global representa una poderosa plataforma para el avance de los derechos y bienestar de todos los niños en todos los lugares. Los gobiernos del mundo, incluido el de España, deberán aplicar la agenda global en sus políticas domésticas y de cooperación internacional para el desarrollo, de cara a que los ODS adquieran vida y se concreten en mejores oportunidades y bienestar para todos los niños.

España tiene ante sí una oportunidad única: ser un país amigo de la infancia, que apueste por la protección de todos los niños y las niñas en todas partes. Las futuras elecciones nacionales se producen en un contexto de grandes desafíos y posibilidades. Por ello, la protección de sus derechos se deberá ver reflejada en las propuestas de las distintas candidaturas. En este momento trascendental proponemos un Pacto de Estado por la Infancia que nos comprometa a todos y que precisa del apoyo de las fuerzas sociales, políticas y economías de nuestro país. Hacerlo realidad estará al alcance de la mano.

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