Cartas al director

Masacre en Charleston

Nací en Nueva Orleans hace 66 años y todavía recuerdo cuando los negros tenían que sentarse en la parte trasera de los autobuses y tranvías y utilizar váteres distintos de los nuestros. Qué pena me dan hechos como los ocurridos en la iglesia de Charleston donde todavía se manifiesta el racismo a pesar de los esfuerzos de gente como Martin Luther King y tantos otros, y bajo el mandato del primer presidente negro de Estados Unidos. Los negros, en general, han trabajado muy duro haciendo trabajos que otros no han querido. Han mostrado una paciencia sobrehumana para conseguir derechos que otros te...

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Nací en Nueva Orleans hace 66 años y todavía recuerdo cuando los negros tenían que sentarse en la parte trasera de los autobuses y tranvías y utilizar váteres distintos de los nuestros. Qué pena me dan hechos como los ocurridos en la iglesia de Charleston donde todavía se manifiesta el racismo a pesar de los esfuerzos de gente como Martin Luther King y tantos otros, y bajo el mandato del primer presidente negro de Estados Unidos. Los negros, en general, han trabajado muy duro haciendo trabajos que otros no han querido. Han mostrado una paciencia sobrehumana para conseguir derechos que otros tenían automáticamente. La Constitución, escrita en 1787, dice que la gente tiene derecho a llevar armas. Tenía sentido en aquel entonces cuando los pioneros en su búsqueda de nuevas tierras tenían que enfrentarse a todo tipo de adversidades. Hoy no. Es necesario endurecer las leyes para conseguir que un arma no sea tan fácil de conseguir y que no caiga en manos de desalmados y desequilibrados, o hacer una enmienda a la Constitución. Yo pasé miedo viviendo en Nueva Orleans, era una ciudad peligrosa y nos robaron varias veces, pero nunca pensé en adquirir un arma.— Charlotte Stern Barkerding.

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