Otros tres tenores sociales

Tres ciudadanos españoles tienen un prestigio incuestionable en Latinoamérica, al margen de lo que pensemos nosotros de ellos. Joan Manuel Serrat, que nadie entiende que no tenga aún el premio Príncipe o Princesa de Asturias, y que genera corrientes de emoción allí donde actúa. Baltasar Garzón, que cambió la forma de hacer justicia universal, y que está visto como un romántico de las leyes que llega donde otros jueces no se plantean llegar. Y Felipe González, respetado y respetable siempre, que es todo un referente para políticos y ciudadanos de aquellos amados países. Son nuestros tres tenore...

Tres ciudadanos españoles tienen un prestigio incuestionable en Latinoamérica, al margen de lo que pensemos nosotros de ellos. Joan Manuel Serrat, que nadie entiende que no tenga aún el premio Príncipe o Princesa de Asturias, y que genera corrientes de emoción allí donde actúa. Baltasar Garzón, que cambió la forma de hacer justicia universal, y que está visto como un romántico de las leyes que llega donde otros jueces no se plantean llegar. Y Felipe González, respetado y respetable siempre, que es todo un referente para políticos y ciudadanos de aquellos amados países. Son nuestros tres tenores sociales. Que uno de ellos, el expresidente español, intervenga pacífica y legalmente en el conflicto interno venezolano tendrá consecuencias beneficiosas para ese país en la evolución del régimen bolivariano. La autoridad moral que tienen personas de este nivel es un activo del que se beneficia la comunidad internacional, y ellos deberían ser vistos por sus conciudadanos como lo que son: personas insustituibles, cada uno en lo suyo. Afortunadamente, Latinoamérica les reconoce ese altísimo nivel que aquí, por mediocridad, les negamos.— Dionisio Rodríguez Castro.