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Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Una cocina pasiva (y portátil)

Las arquitectas Maé Durant y Elisa de los Reyes, formadas en la Universidad Politécnica de Madrid y especializadas en Ciudad y Medioambiente y en Cooperación y asentamientos humanos en el tercer mundo, trabajan juntas en Madrid. Su estudio se llama Pez. Interesadas en el código abierto, el consumo mínimo, la participación ciudadana, la ecología y la tecnología no estandarizada, gran parte de su trabajo consiste en tender puentes entre términos contrapuestos. Así, muchos de sus diseños reconsideran los límites entre lo rural y lo ur...

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Las arquitectas Maé Durant y Elisa de los Reyes, formadas en la Universidad Politécnica de Madrid y especializadas en Ciudad y Medioambiente y en Cooperación y asentamientos humanos en el tercer mundo, trabajan juntas en Madrid. Su estudio se llama Pez. Interesadas en el código abierto, el consumo mínimo, la participación ciudadana, la ecología y la tecnología no estandarizada, gran parte de su trabajo consiste en tender puentes entre términos contrapuestos. Así, muchos de sus diseños reconsideran los límites entre lo rural y lo urbano o entre el reciclaje y la fabricación en serie.

Dentro de la serie Agrodomésticos, con la que tratan de dar respuesta a las nuevas realidades urbanas con nuevas herramientas y propuestas, esta cocina pasiva es portátil y utilizable tanto en una casa como en el exterior (en un campamento o durante una excursión). Funciona desconectada de la red (eléctrica o de gas) emplea solo energía solar y, consecuentemente, no incrementa la factura energética de la vivienda. 

Los Agrodomésticos –ideados por el estudio Pez y la empresa Taer Solar- reducen el consumo energético o lo evitan, se pueden auto- fabricar y son, por lo tanto, adaptables a cualquier espacio.

Sus autoras están convencidos de que cada época necesita sus herramientas y que prescindir de lo que genera injusticia puede ser una vía de futuro. Advierten sobre el desperdicio de horas solares en la mayoría de hogares de España. Por eso sostienen que su horno parásito –que puede colocarse en cualquier ventana orientada a sur o sureste- y su refrigerador botijo –capaz de enfriar agua “gracias a la evaporación y la radiación nocturna”, explican, son un primer paso para ofrecer alternativas de consumo y, consecuentemente, de vida. 

Comentarios

No sé si eso es arquitectura, ingeniería o bricolaje... Da igual. Funciona y muy bien. Para un piso no es, pero con tanto chalet... Ahí van bárbaro. No se puede cocinar todo así, pero lo que se puede sale genial.
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