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Tirando del hilo

Echamos un vistazo al oscuro camino que sigue nuestra ropa desde su origen hasta nuestro armario a través de la exposición Puertas que se exhibe en el espacio CentroCentro de Madrid

El algodón de la chaqueta que está en tu armario fue producido en África por hombres y mujeres para los que es muy difícil vivir de sus cultivos. La agricultura se ha globalizado y cada vez es más difícil sobrevivir para las poblaciones campesinas, que tienen que competir con grandes multinacionales. Además, las normativas y regulaciones en torno a las semillas o los fertilizantes hacen que los costes de vivir de la agricultura crezcan mientras los beneficios para los y las campesinas sean cada vez menores.Plataforma 2015ymás
Los y las productoras africanas llevan años luchando para cambiar las reglas del juego que les conducen a vender en condiciones desiguales. Los países ricos, mientras fomentan que los países del sur desprotejan a sus agricultores, no dejan de subvencionar a los suyos. Estas subvenciones, además, benefician sobre todo a los grandes latifundistas. En España, por ejemplo, los grandes latifundios propiedad de la aristocracia terrateniente son sistemáticamente beneficiados por la Política Agraria Común.Plataforma 2015ymás
Una que vez que se ha recogido, el algodón viaja hasta las maquilas, y zonas francas de producción, para ser convertido en ropa. Las maquilas son fábricas situadas en zonas económicas especiales en las que los derechos laborales o las obligaciones fiscales de las empresas se rebajan para favorecer la implantación de empresas multinacionales. Las condiciones laborales de las trabajadoras que fabrican la ropa de las grandes marcas de moda son noticia muy pocas veces. Sin embargo, este tipo de informaciones nunca resulta suficiente para que las condiciones de semiesclavitud en las que trabajan las empleadas sean completamente erradicadas.Plataforma 2015ymás
La ropa viaja miles de kilómetros desde las maquilas hasta las tiendas dónde las consumimos. Puede parecer que hay muchas tiendas pero en la realidad son muy pocas. Empresas como Inditex o El Corte Inglés dominan en España el mercado de la ropa consiguiendo millones de euros de beneficios de esta forma injusta de producir y consumir. Además, según datos de la Comisión Europea, cada año tiramos 5,8 millones de toneladas de ropa a la basura, por lo que el corto periodo de vida útil que les damos a las prendas alimenta el funcionamiento de este sistema productivo.Plataforma 2015ymás
Nuestra conducta es también responsable de las injusticias y de los beneficios obscenos de toda la cadena productiva que está detrás de la ropa que usamos día a día. Consumir de otra manera, en función de nuestras necesidades y no de las modas o de lo que nos diga la publicidad es una forma de intervenir para construir un mundo más justo y equitativo.Plataforma 2015ymás