Sitios para ver flores en España
Dos niños buscando bichos en una pradera de la sierra de Guadarrama. / ISIDORO MERINOHoy, 20 de marzo, a las 23.45 hora peninsular española, comienza la primavera. Los campos se llenarán de flores, los bosques de avecillas, vuestras narices de polen y el cielo de nubecillas (no es fácil ser tan cursi en una sola frase).
Pirineos
En los altos Pirineos el invierno es largo y la primavera tardía. El calendario floral de las montañas depende de la intensidad de las nevadas, aunque suele ser en la primera quincena de junio cuando ...
Dos niños buscando bichos en una pradera de la sierra de Guadarrama. / ISIDORO MERINOHoy, 20 de marzo, a las 23.45 hora peninsular española, comienza la primavera. Los campos se llenarán de flores, los bosques de avecillas, vuestras narices de polen y el cielo de nubecillas (no es fácil ser tan cursi en una sola frase).
En los altos Pirineos el invierno es largo y la primavera tardía. El calendario floral de las montañas depende de la intensidad de las nevadas, aunque suele ser en la primera quincena de junio cuando los prados y collados pirenaicos muestran su esplendor de narcisos, rododendros, hepáticas, erizones, violetas, ranúnculos, prímulas y lirios. Los parques nacionales de Ordesa y Monte Perdido (Huesca) y el de Aigüestortes i Estany de SantMaurici (Lleida) disponen de numerosos senderos que facilitan la observación de la flora local.
Dehesas de Cáceres (Extremadura)
Boletín
La primavera arranca con ganas en Extremadura, un estallido de verde y flores silvestres que invita a pasear por espacios naturales de Cáceres como el parque nacional de Monfragüe, la sierra de San Pedro o las dehesas el valle del Alagón, donde se celebra del 28 de marzo al 26 de abril el festival Primavera en la Dehesa.
Costa Brava, Girona (Cataluña)
Exuberantes formas vegetales se recortan contra el azul profundo del Mediterráneo, como en un cuadro de Matisse. Exóticas araucarias y palmeras chilenas, nenúfares, cactos, cerezos japoneses, papiros y bambúes conviven con pinos y cipreses en un conjunto de cuidados jardines que se asoman al mar desde los acantilados de la Costa Brava. En Blanes está el de Marimurtra, fundado en el año 1921 por el doctor Karl Faust, un alemán enamorado del Mediterráno; en Lloret de Mar, el de Pinya de Rosa y el de la cercana finca de Santa Clotilde, y en Palafrugell, en uno de los parajes más bellos de Girona, el jardín de Cap Roig, donde vivieron una historia de amor y exilio (y están enterrados) el coronel zarista Nikolái Woevowsky y la dama irlandesa Dorothy Wester-Paget.
Sierra de Gredos, Ávila (Castilla y León)
La floración del piorno –de aromáticas flores de amarillo intenso-- se mantiene hasta bien entrada la primavera en Pirineos, Guadarrama, la sierra de Gredos, la cordillera Cantábrica y Sierra Nevada. En la cara norte de la sierra de Gredos existe un piornal de 5.200 hectáreas compuesto por 12 especies diferentes.
Jardines de Galicia
Marzo y abril son el mejor momento muy especial para visitar los jardines de las mansiones gallegas, donde florecen cerca de 8.000 variedades de esta flor originaria de Oriente. Los parques de una docena de pazos —del de Quiñones de León en Castrelos (Vigo, Pontevedra), con algunos de los camelios más antiguos de Europa, a las 800 variedades de camelias del pazo de Rubianes (Vilagarcía de Arousa)— están abiertos a las visitas y ofrecen un recorrido entre árboles centenarios, estanques y fuentes.
Comarca de La Jara, Toledo (Castilla-La Mancha)
La floración de las jaras se suele producir de abril a junio. Esta planta de flores blancas y pegajosas y aroma balsámico da nombre a una comarca natural –La Jara-- al oeste de la provincia de Toledo. La Vía Verde de La Jara, una ruta senderista que aprovecha el itinerario de una antigua línea férrea, permite recorrerla a pie por un paisaje de bosque mediterráneo en las estribaciones de los montes de Toledo y la sierra cacereña de las Villuercas.
Campiña segoviana (Castilla y León)
La suave campiña de Segovia, con su oleaje verde de cereal y sus prados cubiertos de ranúnculos y chiribitas, se transforma en una fiesta para la vista, un paisaje casi abstracto que recuerda los campos de color del pintor segoviano Esteban Vicente.
Quinta de los Molinos, Madrid
Mil quinientos almendros pintan un bosque nevado al final de la madrileña calle de Alcalá, en el parque de la Quinta de los Molinos. Daos prisa, la magia dura poco.
¿Conoces más lugares para disfrutar de la primavera?