Cartas al director

¡Que alguien le dé un euro a la alcaldesa!

Me viene a la memoria aquel relato de la pareja sentada en un velador a la que se acercan unos músicos callejeros. Intentan amenizarles la velada interpretando una melodía. La pareja les da un euro. Los músicos interpretan que es en señal de agradecimiento. Pero la pareja les aclara el asunto: el euro es para que dejen de tocar.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, intentó hablar en valenciano (idioma que no conoce) en el pregón de las fallas, y el destrozo fue mayor que el del elefante en la cacharrería... ¡qué caloret! ¡Que alguien le dé un euro a la alcaldesa!— ...

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Me viene a la memoria aquel relato de la pareja sentada en un velador a la que se acercan unos músicos callejeros. Intentan amenizarles la velada interpretando una melodía. La pareja les da un euro. Los músicos interpretan que es en señal de agradecimiento. Pero la pareja les aclara el asunto: el euro es para que dejen de tocar.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, intentó hablar en valenciano (idioma que no conoce) en el pregón de las fallas, y el destrozo fue mayor que el del elefante en la cacharrería... ¡qué caloret! ¡Que alguien le dé un euro a la alcaldesa!— Urbano Gómez Rodríguez.

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