3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

No cierres tus ojos, abre tu mente

Los seres humanos tenemos una capacidad limitada de resistencia al sufrimiento, tanto en su formato físico como emocional. Es sin duda para limitar este segundo que decidimos muchas veces, seguramente sin darnos ni siquiera cuenta, protegernos de aquellas cosas que nos puedan hacer sufrir, creando una barrera emocional o simplemente evitando informaciones o contenidos. El comentario recurrente de “estoy harta de desagracias” o “no quiero ver las noticias porque todo son dramas” hace patente esta tendencia a la protección emocional. Y tiene todo el sentido porque sería imposible vivir en paz teniendo presente de forma continua muchas de las tragedias ajenas que suceden en el mundo de forma permanente.

Sin embargo es necesario que seamos una sociedad informada para poder ser una sociedad solidaria y justa. Las cosas terribles que suceden en el mundo tienen solución, sin excepción. El hambre, la pobreza, las guerras, el cambio climático, todo tiene solución. Pero se trata de una solución que necesita de esfuerzo colectivo. Y para conseguir que dicho esfuerzo tenga lugar tenemos que ser conscientes de que el problema existe y de que podemos arreglarlo entre todos.

La crisis de Siria

Ayer repasaba este vídeo de Save the Children y como en anteriores ocasiones se me llenaban los ojos de lágrimas

La pobreza en España

Otro ejemplo de permanente actualidad es el tema de la pobreza en España. Mientras el gobierno español asegura que España va bien organizaciones como Caritas, Cruz roja o los bancos de alimentos advierten de que no dan abasto para atender las necesidades de la gente. Este documental en le que participa fotoperiodista Gabriel Pecot lo explica perfectamente.

Como en el caso anterior cerrar los ojos y negar la evidencia solo puede empeorar una situación que de no corregirse nos llevará a un conflicto social sin precedentes. Colaborar con las organizaciones de caridad y ayuda directa no es una solución es un remiendo pero por lo menos nos acerca a esta realidad tan parcialmente conocida. Exigir soluciones a los que nos gobiernan resulta sencillo si una se informa un poco. Sobre este tema la referencia en esto momentos es la Fundación porCausa que lleva unos meses publicando estudios y reportajes y proponiendo soluciones. También son referente los estudios de UNICEF, FOESSA y muy recomendables los diversos estudios y propuestas políticas sobre desigualdad de Oxfam Intermon.

La explotación laboral en el mundo

Desde hace tres años no compro ropa de ninguna marca que no sea local o europea con sello de calidad de producción o, si es de fuera de Europa, que sea de comercio justo. Al principio me costó adaptarme. Por el precio de un vestido normalmente me habría podido comprar tres en alguna de las marcas habituales. Pero ahora tengo ya un pequeño ajuar de ropa éticamente correcta, de una calidad mucho mejor que la que compraba antes, mucho más original y sobre todo tengo la seguridad de que el precio que he pagado ha servido para asegurar que algunas productoras de tejido y vestidos son remuneradas justamente por su trabajo. También compro azúcar, chocolate, crema de cacao, tés, infusiones, galletas, tostadas de arroz inflado, café, miel, chips de yuca y plátano, arroz… de comercio justo. Si todos compráramos estos productos de comercio justo seguramente conseguiríamos cambiar muchos sistemas de producción. Y se puede incluso ir más lejos e informarse y apoyar a organizaciones como SetemuOxfam que apoyan en muchos países a productores en su lucha por conseguir unas condiciones igualitarias y justas.

Estos son tres ejemplos pero se me ocurren cientos de ellos más. Ahora más que nunca, en puertas del que será uno de los años electorales más intensos desde el fin de la dictadura, tenemos en nuestras manos el poder de cambiar las cosas, con nuestras acciones individuales y a través de nuestras exigencias a los líderes políticos. No hay ningún gran problema que no tenga solución. No hay ninguna desigualdad que no pueda remediarse. Es el momento de mirar la realidad con los ojos bien abiertos, de informarse adecuadamente y de encontrar el modo de participar en la construcción de un mundo más justo.

Comentarios

El otro dia fui al cine después de un tiempo y vi una película y, en una escena, una de las protagonistas, una chica joven, delgada, había crecido rodeada de todo y de lo mejor pero abandonada a su suerte, en un mundo moderno y actual, esa joven me conmovió igual que cualquier otra en circunstancias adversas en un país subdesarrollado, no todo es oro lo que reluce en nuestras vidas.
El otro dia fui al cine después de un tiempo y vi una película y, en una escena, una de las protagonistas, una chica joven, delgada, había crecido rodeada de todo y de lo mejor pero abandonada a su suerte, en un mundo moderno y actual, esa joven me conmovió igual que cualquier otra en circunstancias adversas en un país subdesarrollado, no todo es oro lo que reluce en nuestras vidas.
El otro dia fui al cine después de un tiempo y vi una película y, en una escena, una de las protagonistas, una chica joven, delgada, había crecido rodeada de todo y de lo mejor pero abandonada a su suerte, en un mundo moderno y actual, esa joven me conmovió igual que cualquier otra en circunstancias adversas en un país subdesarrollado, no todo es oro lo que reluce en nuestras vidas.

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